La noche del 18 al 19 fue, tal como estaba previsto, la más movida de la semana fallera. Cientos de miles de personas salieron a la calle -o, mejor dicho, no se retiraron de ellas- y los actos festivos fueron sustituidos por una inmensa verbena, que trajo como consecuencia que, al alba, la ciudad estuviera literalmente tomada por los desperdicios, que los operarios de limpieza municipal se afanaron por recoger. Precisamente el enorme trasnoche y que la jornada del 19 fuera ya festiva permitió, de alguna forma, que la ciudad se "levantara" muy tarde, lo que dio tiempo a proceder a la recogida. Una buena parte de las quejas las propició la verbena de Císcar-Burriana, que auque cumple escrupulosamente los horarios, provoca una cantidad enorme de desperdicios, además de convertir las calles adyacentes en un inmenso urinario público. En las Fallas de 2012 aún se prevé que las verbenas cobren más protagonismo, ya que se celebrarán en las noches de viernes, sábado y domingo, con lunes festivo.

El portavoz de la Federación Empresarial de Hostelería de Valencia, Vicente Pizcueta, dijo ayer que el calendario de Fallas de este año, con final en sábado, ha permitido "disfrutar de 9 días de Fallas" con una mayor afluencia de turistas que demuestra que la definición de un calendario de festejos más largo "beneficia a todos los ciudadanos". Esta es la que consideran combinación perfecta porque, además, "no ha perjudicado a los que, a primeros de semana, trabajaban y los escolares han tenido vacaciones largas". Pizcueta mostró ese convencimiento "no sólo desde nuestro punto de vista, sino en general para todos".