El proverbio "la unión hace la fuerza" no se cumple en el sector de la indumentaria valenciana. Y es que sin una asociación que les represente, establecer conclusiones sobre una posible reducción en las faldas -tal y como propone la alcaldesa Rita Barberá-, la repercusión de las nuevas modas en el traje o la recuperación de elementos históricos (como llevar un solo moño si el traje es de corte del siglo XVIII) se queda en eso, en un simple debate en la calle que no llega a ninguna parte.

En la ciudad existe casi un centenar de indumentaristas que se distribuyen entre el colegio del Artes Mayor de la Seda (unos 15 asociados) y el Gremio Artesano de Sastres y Modistas, con una cifra similar de indumentaristas colegiados. El resto va por libre y ni tan siquiera los que pertenecen a uno u otro organismo actúan según directrices comunes.

Por ello, expertos en el sector, como Carmen Asins, abogan por la creación de un gremio de indumentaristas para poder "debatir y establecer unas normas comunes, de forma que la moda no desvirtúe el traje de valenciana y se puedan recuperar elementos de la indumentaria real, como lucir un solo moño cuando el traje es de corte del siglo XVIII. Nosotras nos llevamos muy bien con el resto de indumentaristas, a los que no consideramos competencia porque cada uno tiene su estilo. La alcaldesa ha vuelto a debatir sobre el vuelo de las faldas. Pues ya que vamos a fijarnos en la indumentaria real, hagámoslo bien, hombres incluidos".

Sin embargo, en la parte opuesta se encuentran aquellos indumentaristas que prefieren ir "a su aire", como es el caso de Almacenes España. Aseguran que el sector cuenta con una "dura competencia" que cada día "va a más" y consideran "casi un imposible" contar con una asociación común que fije o establezca normas en el traje de valenciana. Es más, ni tan siquiera coinciden a la hora de fijar un período de rebajas.

Rebajas, a partir de mañana

Por ello, mientras algunas tiendas ya están finalizando el período de rebajas, otras están a punto de comenzar. Abril es el mes establecido por Almacenes España para que los clientes obtengan telas de fallera, manteletas, aderezos y otros complementos a mitad de precio o con un descuento considerable.

Ayer, esta céntrica tienda de indumentaria valenciana estaba repleta de mujeres "previsoras", es decir, aquellas que, a sabiendas de la marabunta de clientes que invadirán la tienda, ya estaban eligiendo lo que se llevarán mientras comentaban, a pie de mostrador, su opinión respecto al debate propuesto por Rita Barberá sobre rebajar el volumen de las faldas.

Ahora bien, en lo que sí coinciden todos los indumentaristas es en asegurar que "el cliente manda" y que las falleras de a pie "observan e imitan la moda que lleva la fallera mayor de valencia y su corte. Ahí está la clave. Ellas son las que marcan las tendencias y el ayuntamiento les regala, mínimo, un traje". Por ello defienden que hasta que la fallera mayor y su corte no reduzcan el vuelo, muy pocas falleras lo harán.