Unas sesenta personas se reunieron ayer a las puertas del Centro de Internamiento para Extranjeros (CIE) de Zapadores para pedir una vez más el cierre de estas instalaciones que, según Salvador Lacruz, miembro de la Comissió d'Ajuda al Refugiat al País Valencià (CEAR-PV), "son auténticas cárceles". Percusión y pitos para llamar la atención, una gran pancarta que pedía el cierre del CIE, uno de los nueve que hay en toda España, y muchas quejas. "Ahí dentro", dijo Lacruz mientras señalaba al centro, circundado por un muro de hormigón, "hay 150 personas, en celdas de seis, con apenas tres duchas para todos".

Lacruz insistió en que lo que piden es, además del cierre del centro de Zapadores, el cese de las expulsiones y las "redadas racistas" que, según aseguró, tienen lugar en varios puntos de la ciudad, como los barrios con mayor afluencia de inmigrantes o las zonas cercanas a las estaciones de tren y autobús.