Llegó puntual, vestida de rojo y arropada por la flor y nata de su partido, a encontrarse con un mar de militantes entregados a su causa. Tras dos décadas al frente de la alcaldía de Valencia, Rita Barberá, fue proclada ayer candidata a la reelección entre gritos de "guapa" y "Rita alcaldesa". En un Palacio de Congresos lleno hasta la bandera de insignias azules y gritos de afecto a la alcaldesa, Barberá se metió a todos en el bolsillo al iniciar su discurso parafraseando el tango "Volver" -que reza "veinte años no es nada"- y despertando las risas de los asistentes.

La alcaldesa calentó motores alardeando de su gestión y relatando cómo se encontró la ciudad cuando en 1991 se enfrentó "al reto más importante de mi vida". Enumeró los logros conseguidos en medio ambiente -la regeneración del Saler, el Obervatorio climático, la depuración de la aguas de l'Albufera, la flota de autobuses ecológicos de la EMT, los 130 kilómetros de itinerarios ciclistas, el éxito de Valenbisi y sus 60.000 usuarios o la instalación de reductores de ahorro energético en el alumbrado de la ciudad, entre otros-, en vivienda -ya que Valencia "cuenta con los precios más baratos de las grandes ciudades y un crecimiento controlado"-, además de detallar las inversiones realizadas en una ciudad que cuenta con "600 equipamientos, 52 centros de mayores, 112 instalaciones para la tercera edad, 29 universidades populares, 32 bibliotecas, la recuperación de "todo el patrimonio", y unas escuelas infantiles "donde se empieza a formar a los niños desde la libertad de elección de sus padres".

Y para que no quedara nada en el tintero calificó a Valencia como la "ciudad de la cultura y la educación" gracias a "los conciertos, la gran Ópera, los museos, el deporte y los grandes eventos". Y es que la capital del Túria "es una ciudad donde los coches circulan a 300 kilómetros por hora y nadie les puede multar", afirmó en relación al circuito urbano de Fórmula 1. El aforo estalló en risas y aplausos mientras ella, tranquila, aseguraba que "si, sí, es increíble pero cierto".

Mensaje a Rajoy

De esta manera la candidata a la alcaldía consiguió un clima distendido para endurecer su discurso y recordarle a su invitada de honor y secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, que el presidente de la Generalitat, Francisco Camps, "es imprescindible" para que el líder del partido, Mariano Rajoy, sea elegido presidente del Gobierno en las próximas elecciones generales. Y es que Cospedal mostró reticencias a la hora de respaldar la candidatura de Camps, y Barberá no titubeó al exigirle que "le traslade a Rajoy que los valencianos somos imprescindibles, tal y como somos, para que él llegue a la Moncloa".

Es más, Barberá aseguró que si ella vuelve a ganar y Mariano Rajoy hace lo propio y preside el Gobierno de España, "las cosas mejorarán, y mucho, en la ciudad de Valencia" porque "Mariano respetará nuestra libertad y nuestra economía".

De entrada, la alcaldesa Barberá se comprometió a llevar adelante el Plan del Cabanyal "en todos sus extremos, en toda su rehabilitación y prolongación". "El PP es la auténtica garantía del auténtico progreso del Cabanyal, desde el respeto a su identidad y fomentando su modernidad", aseguró la alcaldesa, quien, además, pidió a los vecinos del Marítimo que "sigan confiando en nosotros" y que "no se dejen confundir ni engañar".

Además, la alcaldesa también aseguró que necesita la ayuda de Rajoy para llevar a cabo el proyecto de la dársena deportiva del puerto. "La haré por muchas trabas que me pongan", espetó. Y es que, momentos antes ya había hecho referencia a este proyecto acusando al Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero de "no ponerse ni tan siquiera al teléfono", tras criticar al PSOE por el "abuso de poder en el Cabanyal y en los chiringuitos", en aras de "perjudicar" un turismo en la ciudad, "que es nuestro oro" y que los socialistas "dinamitaron" con su campaña "Visita Valencia en dos horas".

Respecto al turismo, la alcaldesa anunció una nueva terminal de cruceros "porque están en auge 100%" y porque "ya contamos con un gran aeropuerto internacional gracias a un AVE que nos comunica con todo el mundo en tan sólo una hora y veinticinco minutos".

Y llegó el momento de reseñar los objetivos de la nueva legislatura. La alcaldesa anunció "44 nuevos jardines, 11 instalaciones deportivas más, tres centros para mayores, un parque didáctico dedicado a los mayores, cinco bibliotecas, las nuevas líneas de metro y cinco centros escolares más en Malilla, Campanar, Rascanya y Russafa". Y ahí paró unos minutos para recalcar su compromiso de construir un nuevo colegio en Russafa, sabedora de la asistencia de un nutrido grupo de vecinos de este barrio en la presentación de su candidatura. Y no se equivocó. Los vecinos de Russafa montaban guardia en el Palacio de Congresos de buena mañana.

Sin referencia al rival

Las referencias al PSOE fueron constantes en cuanto a la renuncia de José Luis Rodríguez Zapatero de presentarse como candidato a las próximas elecciones generales -al asegurar que "le han echado los suyos" y que es "la mejor noticia que han dado los socialistas hasta ahora"-, y nulas a nivel autonómico y municipal. Como si no existieran.

El presidente de la diputación, Alfonso Rus, tan sólo hizo referencia al candidato socialista a la alcaldía de Valencia, Joan Calabuig para asegurar "que no lo conoce nadie" y que parece "sacado de una película". La número dos del PP, María Dolores de Cospedal, por su parte, fue la única que pronunció el nombre de Jorge Alarte al situarlo como el "mal político" frente al "buen ejemplo" de Francisco Camps.

Joan Calabuig, por su parte, calificó el acto de proclamación de la alcaldesa, Rita Barberá, como el "final de una etapa" que, a su juicio, "se salda con 400 equipamientos sin ejecutar" y "una política económica equivocada que se ha centrado en los grandes eventos deportivos y que no ha servido para frenar el desempleo".