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Encontrar a alguien que te haga un favor es tarea harto complicada en la era del capitalismo y de una sociedad individualista que vive con prisas y con la sensación de que la ayuda a terceros es cosa de otros. Sin embargo, el Ayuntamiento de Valencia ha puesto en marcha una iniciativa que propone cubrir las grietas de un sistema donde, si no tienes dinero, la vida se complica. Y no son buenos tiempos para nadie.

El banco del tiempo deja a un lado las transacciones de dinero. Los billetes y las monedas se sustituyen por parcelas de tiempo. La iniciativa consiste en que cada uno oferte lo que sabe hacer y demande lo que le hace falta que le hagan. De esta forma, si usted sabe coser, pero lo que necesita es un electricista, deberá pagar con un cheque de una hora y algún socio del banco del tiempo le hará el trabajo. Ahora bien, cuando alguien necesite que le arreglen los bajos del pantalón el banco le reclamará que devuelva la hora de trabajo con la que pagó al electricista. Los servicios no tienen por qué ser recíprocos, ni mucho menos.

Todos ponemos algo y todos recibimos algo porque un favor, con otro se paga. Esa es la filosofía de esta iniciativa que el Ayuntamiento de Valencia ha puesto en marcha de la mano de la Concejalía de Bienestar Social, que preside Marta Torrado, y de la empresa Pastor Castellote SL, que actúa como gerente del banco del tiempo, y que tiene su sede en la calle Rafael Cort, número 3, junto al cuartel de Zapadores.

Cualquier actividad puede ser ofrecida o demandada en el banco del tiempo: Atención a niños, personas mayores, dependientes, animales...; tareas domésticas (coser, cocinar, labores de limpieza...); clases y talleres (idiomas, informática...); Manualidades, arreglos domésticos, reparaciones, bricolaje...

Desde la Concejalía de Bienestar Social quisieron recalcar que no hace falta ser experto en ninguna materia para ofrecer actividades "porque todos tenemos habilidades y conocimientos para compartir".

Todas las personas interesadas en esta iniciativa pueden abrir una cuenta en el banco del tiempo y ofrecer el tiempo que les sobre o las habilidades o conocimientos que tengan.

El ayuntamiento ha puesto en marcha una web (www.bancodeltiempovalencia.es) donde los interesados pueden apuntarse e informarse sobre las actividades, ofertas, demandas y el estado de la cuenta corriente de tiempo.

Sin embargo, la empresa que gestiona el banco del tiempo cuenta con una sede "para que la gente que no controle el ordenador no se sienta desplazada. El contacto personal es primordial para nosotros. Además, también tenemos un ordenador en la sala de la asociación para que lo consulten aquellos socios que no tengan internet".

Dos personas se encargarán de realizar la entrevista previa a los socios del banco del tiempo para elaborar una ficha que recoja todos los datos. Una vez se sepan los servicios solicitados por los socios "la iniciativa consiste en poner en contacto a las personas interesadas para que se conozcan y fijen el día y la hora a la que se realizará el intercambio".

Además, el banco del tiempo elaborará un calendario de eventos ya que otro de los objetivos es realizar cursos y ofertar talleres. Por ello, una vez que han finalizado las Fallas, la Concejalía de Bienestar Social tiene previsto realizar un encuentro de socios para fomentar la convivencia y una jornada de puertas abiertas del local. "La idea es que el banco del tiempo se convierta en algo parecido a una gran familia donde unos y otros se ayuden de forma desinteresada dejando a un lado el dinero en metálico y volviendo a un sistema de trueque que teníamos en el olvido".

El banco del tiempo funciona en Valencia desde 2005. La iniciativa comenzó en el distrito de Ciutat Vella y se ha extendido a otros cuatro barrios de la ciudad: Quatre Carreres, Olivereta, Campanar y Salvador Allende. Ahora, el banco del tiempo da un paso más y se extiende a toda la ciudad.

Hasta este momento el banco del tiempo de Valencia tiene 76 socios que han realizado 146 horas de intercambio los unos a los otros. No es mucho para una ciudad que supera los 800.000 habitantes. "Mucha gente se interesa por el servicio porque necesita favores, pero luego se quedan algo parados cuando saben que tienen que devolverlos. Además, la desconfianza en el prójimo hace mucho", afirman desde la Concejalía de Bienestar Social, aunque puntualizan que, aunque despacio, la iniciativa sigue creciendo "y más ahora que ampliamos el servicio a toda la ciudad".

Servicios más demandados

La experiencia es un grado. Por ello, desde el ayuntamiento aseguran que, entre los servicios más demandados por los socios -tras estos años de experiencia- destacan "los servicios de cuidados a personas mayores, ya sea en higiene personal, en limpieza de la casa o simplemente en compañía".

Las clases particulares, de idiomas o informática, también son muy solicitadas por los socios. En cuanto a talleres o cursos, destacan los de yoga o gimnasia.

Desde la concejalía añaden que, en ocasiones, entre los socios se produce un acercamiento especial que es digno de mención. "Cuando el intercambio consiste en el cuidado de mayores o niños se suele establecer una relación especial, la verdad. Recuerdo el caso de una joven que tenía que realizar la mudanza de su casa y consiguió movilizar a casi todos los socios", explican desde el consistorio.

El perfil de los socios es de lo más variable, aunque destacan, sobre todo, mujeres mayores y desempleados.

El ayuntamiento anima a los vecinos que deseen fomentar el altruismo y la cultura del trueque a que se apunten al banco del tiempo de Valencia para que esta sociedad deje a un lado a los seres impersonales, aislados, anónimos y sin vínculos para construir un entramado social con el que interactuar.