La segunda fase de las obras de remodelación de la Plaza Redonda de Valencia podrían comenzar antes del verano con el fin de estar terminadas para las Fallas del año que viene. Así lo aseguró ayer el concejal de Urbanismo del Ayuntamiento de Valencia, Jorge Bellver, tras la Junta de Gobierno en la que se aprobó el proyecto de ejecución de estas obras, cuyo coste será de tres millones de euros.

Los trabajos consistirán exactamente en la rehabilitación del anillo central, incluidas sus cubiertas, pues en una primera fase ya se remodeló la fachada principal, incluidos balcones, cerrajería y puertas. La idea del despacho de arquitectos Vetges Tu, responsable del diseño, es hacer ocho módulos aislados con seis puestos cada uno de casi 17 metros cuadrados por puesto. Tanto su estructura, de acero inoxidable y láminas de vidrio semiopaco, como su cubierta, de dimensiones justas para proteger a los vendedores y a sus productos y dotada de grandes toldos móviles, están pensados para que el visitante pueda admirar la plaza en toda su extensión.

También se sustituirá el suelo actual por piedra caliza de Calatorao y se renovarán los servicios e instalaciones de la plaza, entre ellos el saneamiento, agua potable, telecomunicaciones e iluminación. Está previsto colocar 32 focos orientados a los puestos y 16 más sobre la cubierta central para iluminar el entorno de la fuente, que, por cierto, también va a ser limpiada y restaurada.

Según explicó Bellver, ahora se sacará a concurso la obra y se tendrá muy en cuenta la celeridad con la que se realicen esos trabajos y el traslado de los vendedores del anillo central a unos puestos provisionales que se montarán en la aledaña Plaza Lope de Vega.

Y es que cuando empiecen las obras, previsiblemente antes del verano, todos los vendedores del anillo central tendrán que dejar sus puestos e irse a esa plaza al menos ocho meses, que es lo que se calcula que tardarán los trabajos. Al Ayuntamiento le gustaría que todo estuviera terminado para las Fallas del año que viene.

A este respecto, el concejal de Urbanismo destacó la colaboración que ha encontrado en los vendedores del mercado y en la comisión de la falla Lope de Vega, que se ha ofrecido a hacer un monumento más pequeño y trasladarlo a un extremo de la plaza en caso de que para marzo del año que viene las obras no estuvieran acabadas.

También una de las dos terrazas que habitualmente se montan en la plaza tendrá que recortar sus dimensiones para dejar espacio a los puestos, aunque esto se hará aprovechando la inminente revisión de su licencia municipal, dijeron fuentes de la concejalía.

Los puestos provisionales serán exactamente 14 casetas prefabricadas para la venta y dos más para almacén común. Allí no irán, en cualquier caso, todos los vendedores de la plaza, solamente los del anillo central. Como muy bien se encargó de recordar ayer la Asociación de Comerciantes del Centro Histórico de Valencia los vendedores del anillo exterior seguirán vendiendo en sus puestos con toda normalidad. Está previsto que la empresa adjudicataria separe el espacio de obras del espacio ya rehabilitado para atenuar las molestias que con toda seguridad sufrirán estos vendedores, dijo Jorge Bellver.