La Universitat de València sopesa la posibilidad de cerrar parte del Campus dels Tarongers en el que se realiza cada fin de semana el botellón más grande de la ciudad. De hecho, esa es una de las cuestiones que pesan a favor de cambiar la parcela municipal donde se concentran los jóvenes por otra que tiene la institución académica junto a la Avenida de Cataluña.

En la actualidad, el Ayuntamiento de Valencia es propietario de un terreno de 53.120 metros cuadrados situado en el centro del Campus de Tarongers, al lado de un parque, del edificio de investigación y del taller de audiovisual. Es una especie de "isla" que, según fuentes municipales y académicas, impide a la Universidad cerrar el campus y de esa manera gestionar mejor la limpieza, mantenimiento y seguridad del entorno, sobre todo preservarlo del botellón de cada fin de semana.

Por su parte, la Universitat tiene una gran parcela de 41.072 metros cuadrados a la entrada del Campus por la Avenida de Cataluña, junto a la gran rotonda de la V-21 y la Ronda Norte. La Universitat quiere construir allí, cuando económicamente le sea posible, el denominado Edificio Pórtico, que será el emblema del futuro del "VLC/Campus de Excelencia Internacional".

Un equipamiento deportivo

Pues bien, el Ayuntamiento ha propuesto a la Universitat -así se comunicó en el último Consejo de Gobierno- permutar ambas parcelas para que la Institución académica construya su Edificio Pórtico donde ahora se hace el botellón y para que el consistorio pueda construir junto a la rotonda de la V-21 un equipamiento deportivo que no ha concretado. Aunque en el Plan Estratégico del Deporte se habla de levantar un gran pabellón deportivo para 12.000 o 13.000 personas y está pendiente también la ubicación del futuro estadio del Levante U. D., ni la Concejalía de Deportes ni la de Urbanismo quisieron precisar más. Sólo se confirmó que interesa el terreno para un equipamiento deportivo.

En este momento pues, la Universitat está valorando los pros y los contras de la operación y entre las ventajas está la posibilidad de cerrar esta parte del Campus e impedir el botellón, con lo que se ganaría en seguridad y limpieza de todo el entorno. De momento se piensa en esta idea porque la posibilidad de construir el Edificio Pórtico se ha alejado con la crisis, pero aún así, cuando se construya quedará definitivamente resuelto ese problema de orden público y además de dará cohesión a todo el Campus.

En contra de esa permuta pesa, sin embargo, el hecho de que la Universitat perdería una parcela muy bien situada en la que cualquier instalación, como el citado edificio del Campus de Excelencia, tendría mayor visibilidad que en aquella otra del interior.

Fuentes universitarias aseguran, por tanto, que la oferta municipal está hecha, pero que la reflexión aún está muy verde. Para colmo, en los últimos días ha irrumpido el solar de Jesuitas, que ha sido ofrecido por el Ayuntamiento de Valencia a la Universitat para que lo añada, si así lo desea, al Jardín Botánico. El Ayuntamiento podría utilizar esta baza a su favor.