La tradicional muestra de devoción desbordada hacia la Geperudeta que suele ser la procesión de la Virgen se convirtió ayer por momentos en un enfrentamiento entre el público asistente al acto y algunos viandantes, que quedó saldado con un policía agredido y tres detenidos.

El conflicto surgió en una bocacalle de Cavallers, vía por la que transcurría la procesión. Mientras devotos y curiosos se agolpaban para contemplar a las falleras que desfilaban en aquellos momentos, un conjunto de personas permanecían, ajenas al desfile religioso, agrupadas en una de las estrechas callejuelas del Carmen.

El enfrentamiento comenzó cuando algunos de los asistentes exigieron al grupo que cediera su lugar a los interesados en el desfile para que pudieran ver a la Virgen. Los increpados, que portaban una pequeña mesa de madera para pasar allí la tarde y suelen frecuentar esa zona, se negaron a cambiar de ubicación. Fue enton?ces cuando un policía local que vigilaba el desfile intercedió en favor del público y pidió de nuevo al grupo que dejara el espacio libre.

La violencia se desencadenó cuando uno de ellos agredió al agente, que se encontraba solo en esos momentos. Los hechos se fueron acelerando y en unos instantes en la pelea se habían entremezclado también los compañeros del agresor, que apoyaban a su amigo, y algunos de los asistentes a la procesión, que se levantaron de sus sillas plegables o salieron de entre la multitud para defender al agente atacado.

Este policía pudo finalmente pedir refuerzos y, minutos después, una patrulla aparecía en la calle Cavallers. Tras cruzar la vía por la que estaba transcurriendo la procesión, los agentes se llevaron detenidos al agresor que había comen?zado la trifulca y a los dos compañeros, un hombre y una mujer, que le habían ayudado, mientras el público homenajeaba a los policías implicados con un gran aplauso y gritos de ¡bravo!