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Convencidos de que el Consell y el Ayuntamiento de Valencia pretenden «el desmantelamiento de la escuela pública» para «aplicar de forma implacable un modelo educativo basado en el fomento de la enseñanza privada y concertada» según su manifiesto, varios cientos de padres que habían recogido a sus hijos del cole, profesores y vecinos, reunidos en una plataforma común, se concentraron ayer en el centro de la ciudad para manifestar su preocupación por este modelo a tres días de las elecciones.

Más de 1.500 personas se reunieron frente al consistorio con pancartas, altavoces y bombos para realizar un pasacalle alrededor de la plaza y concluir con una cadena humana que logró cercar el edificio municipal por completo. Enfrente, los desencantados del Movimiento 15-M y, a pocos metros, la protesta de los ferroviarios.

«Iniciativas como la cesión del suelo público para empresas privadas —en alusión al cambio de uso de un terreno en Campanar para la Universidad Católica y las intenciones de la Conselleria de Educación— que no quieren participar del sistema público son la mejor muestra de una estrategia de privatización cada vez menos encubierta. En contraste, la falta de inversiones en centros públicos» señala el manifiesto leído por el escritor Alfons Cervera.

Escolarización en valenciano

Los manifestantes, convocados por la Plataforma per l´Ensenyament Públic —integrada por la Federación de Asociaciones de Padres de Alumnos (FAPA) y sus miembros en diferentes barrios; Escola Valenciana y los sindicatos STEPV, CC OO y FETE-UGT— criticaron también la «actitud claramente hostil con el derecho de nuestros niños a ser escolarizados en valenciano». Entre las pancartas destacaban la de los colegios Teodoro Llorente, reclamando mejores infraestructuras, y el Cavite, que pide que se vuelva a contratar una enfermera escolar, además de vecinos que quieren La Fe en Campanar.