independientemente de que la "política espectáculo" guste más o menos, uno de los temas que le ha dado nombre, el de los escoltas y los coches oficiales, fue ayer la gran estrella del acto de recogida de credenciales.

La alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, advirtió de que quien quiera prescindir del escolta, como ha anunciado Joan Ribó, "tendrá que hacerlo por escrito" para evitar responsabilidades del ayuntamiento en caso de que ocurra algo. Y es que la alcaldesa, que ya ha sido objeto de varios seguimientos de ETA e incluso se vio obligada a cambiar de domicilio por este motivo, no cree que éste sean un tema para frivolizar ni vital para la contención del gasto.

La alcaldesa recordó que el Ayuntamiento de Valencia se adelantó a la crisis y ya ha hecho tres planes de austeridad. Aseguró que sólo hay tres chóferes en el ayuntamiento, que los coches de los concejales son en realidad los coches de sus escoltas, y que Valencia tiene menos asesores que la mayoría de las capitales españolas, pese a lo cual, dijo, "vamos a intentar hacer algún tema", en alusión a posibles recortes en estas áreas.

En respuesta a Barberá, Joan Ribó aseguró, sin lugar a dudas, que está dispuesto a firmar ese documento de renuncia al escolta. "Firmaremos el papel, lo único es que pediremos que sea en valenciano", ironizó el portavoz de Compromís mezclando los asuntos de la lengua y la seguridad. "Nosotros queremos ir a trabajar al ayuntamiento como cualquiera, caminando, en bici, en coche, en transporte público o en taxi si tenemos prisa", remarcó.

Medidas puntuales

Por su lado, el portavoz socialista Joan Calabuig, lamentó que la seguridad forme parte del debate público. Hacerlo, dijo, "es la cosa más absurda del mundo" y no ocurre en ninguna otra parte de España.

Dicho eso, su propuesta es "establecer, con criterios técnicos y objetivos, dónde hay necesidades de seguridad y dónde no las hay".

"Después -continuó-, los procedimientos pueden ser muy amplios, desde medidas de contravigilancia a un acompañante permanente, pero siempre estudiando cada caso y sin frivolizar".

En resumen, el grupo socialista dice "no" a llevar un escolta cada concejal, pero "sí" a que "las personas que técnicamente conocen el tema apliquen de manera puntual las medidas que consideren oportunas".