Entre 15 y 18 ginetas sobreviven en la Devesa del Saler a la presencia humana y a las carreteras que convierten el hábitat de esta especie en una prisión de la que resulta prácticamente imposible escapar.

Un reciente estudio elaborado por los investigadores Vicent Benedito y Carolina García ha permitido desvelar múltiples detalles sobre la colonia de Ginetas que habita la zona más frondosa de la Devesa, de donde se dio por desaparecida en los años 70 coincidiendo con el intento de urbanizar el espacio natural.

Según el trabajo realizado por estos expertos, la población de gineta, la "geneta" valenciana, podría desaparecer en 50 años de la devesa si no se adoptan medidas que pasan por el establecimiento de corredores naturales que permitan al pequeño carnívoro eludir el cinturón mortal que supone la carretera CV-500.

El estudio de Benedito y García ha aprovechado la costumbre de la gineta de marcar su territorio orinando y defecando en lugares constantes llamados letrinas para profundizar en la etología de esta especie y en su adaptación al espacio natural de la Devesa.

Según este trabajo, del que se ha hecho eco la revista "Seducción ambiental", un proyecto LIFE en el que participa el Ayuntamiento de Valencia, se estima que en la Devesa habitan tres machos de gineta que conviven cada uno con diversas hembras y varios individuos juveniles hasta sumar una población de entre 15 y 18 individuos. Su alimento está compuesto casi exclusivamente por ratas, excepto en primavera, cuando incluyen en su dieta algunas aves nidificantes en el espacio natural.

De costumbres nocturnas-por el día se mantienen ocultas en árboles y en madrigueras ocultas en el interior de la Devesa-, resulta difícil ver una gineta, aunque con frecuencia sus restos son visibles en la carretera al resultar víctimas de un atropello durante sus correrías nocturnas en busca de alimento.

Una trampa mortal

"Desde el año 2000 ha habido 42 atropellos de gineta, a una media de unos 5 por año desde 2004, tasas muy superiores -hasta diez veces más- a las de otras carreteras para esta misma especie", asegura Carolina García.

Según esta experta, que durante meses ha recorrido las carreteras de la Albufera en bicicleta revisando la mortandad de la fauna en el asfalto, el impacto de la CV-500 es "grandísimo" y afecta a todas las especies, aunque resulta dramático para una población tan reducida como la de la gineta.

Reducir la velocidad en la CV-500 y crear un gran corredor ecológico, cuyo diseño es especialmente difícil en un entorno como el de la Devesa-Albufera, podría garantizar la supervivencia de la colonia.