La "silent disco", un sistema para escuchar música a través de unos auriculares, se ha presentado como una alternativa a las habituales peleas entre el ocio nocturno y los vecinos. Sin embargo, no todos están de acuerdo con que esta es la solución definitiva al problema, como ha expresado Juan Antonio Caballero, presidente de la Confederación de Asociaciones de Vecinos y Consumidores de la Comunidad Valenciana.

"Los cascos no generan el ambiente que se busca en una discoteca, que es de cierta complicidad", ha apuntado. Además, ha reivindicado que, el problema de fondo, "es bajar la música". "Si se hace bruscamente sí se nota, pero si de entrada estuviera alrededor de los 50 o 60 decibelios; no" ha apuntado.

"Todo lo que sea disminuir el ruido de la calle o en las casas está bien", ha admitido, no obstante, Caballero. "Pero los cascos pueden suponer un grave riesgo para la salud de las personas. Podrían dar lugar a auténticas generaciones de sordos" ha señalado.

Ha criticado, además, la utilización de "automóviles como discotecas ambulantes" en zonas de "pseudo-botellón".