Dos de los tres comedores sociales que la Conselleria de Justicia y Bienestar Social gestiona en Valencia permanecerán cerrados durante el mes de agosto. El centro de la Malva-rosa tendrá que doblar su capacidad para acoger durante treinta días a los usuarios habituales de los comedores de Literato Azorín y Abejuela. En concreto, las 120 personas que se atienden diariamente en la Malva-Rosa se podrían ampliar hasta 250 en el próximo mes.

Desde la central cindical independiente y de funcionarios (CSIF) aseguran que la administración autonómica no ha contemplado refuerzos en la plantilla del comedor de la Malva-rosa, compuesta por menos de una decena de empleados, a pesar de tener que atender al doble de usuarios. Por ello, consideran que la decisión de conselleria provocará largas colas y una saturación del servicio. "No se puede decir a una persona con ingresos muy bajos que se desplace un mes entero desde Ruzafa a la Malva-rosa", declararon fuentes del sindicato. Para ellos la solución pasaría por mantener también abierto el centro de la calle Abejuela y contratar a trabajadores de forma temporal para sustituir al personal habitual, lo que a su juicio no supondría "un descalabro" para las cuentas públicas.

Sin embargo, fuentes de la conselleria de Justicia y Bienestar Social desmienten lo afirmado por el citado sindicato y afirman que el centro de la Malva-Rosa se verá reforzado en agosto "con cocineros y ayudantes de los dos comedores que se cierran". Según explican esta medida se puso en marcha hace unos cuatro años al constatar que durante el mes de agosto bajaba muchísimo la demanda en los comedores. Así, con el objetivo de "optimizar recursos" se decidió concentrar a todos los usuarios del servicio en el centro de la Malva-Rosa, que es el de mayor tamaño.

Estos comedores sociales atienden en general a jubilados y pensionistas con unas rentas muy bajas, que obtienen una comida diaria por un precio muy reducido. Desde la dirección del centro de Ruzafa, donde se atienden a unas 65 persoas, aseguran que no se producirá una saturación en la Malva-Rosa porque tan sólo una veintena de los que acuden a comer diariamente a Literato Azorín harán uso de este servicio en agosto, ya que "o bien se van de vacaciones o bien prefieren quedarse en casa". Para los usuarios que están en buena forma ir hasta la Malva-Rosa no es gran un impedimento, pero la situación no es tan fácil para los que tienen problemas de salud. María Soriano, no se quedará en casa en agosto por elección propia. "El otro centro está muy lejos, hasta allí con lo mal que estoy de las piernas no puedo llegar", afirmó con tristeza.