La Basílica de San Vicente Ferrer, en la calle Cirilo Amorós, se ha quedado con la restauración a medias. Las obras, que comenzaron hace más de un año, han quedado paralizadas tras una primera fase en la que, tal como explica el arquitecto encargado de la obra, Antonio Escario, «se pudo llegar hasta donde se pudo llegar». En esta primera fase se rehabilitaron «las dos torres neogóticas y una parte de algunas zonas de más abajo», explica Escario, que hace hincapié en la rehabilitación de las agujas de las torres, que corrían peligro de desprenderse y que ahora han sido sustituidas por unas de acero inoxidable. «La reparación de las agujas de planta octogonal ha tenido como objetivo devolver las torres a su estado original, sustituyendo la estructura metálica existente por otra nueva», indican fuentes de la Conselleria de Infraestructuras.

Por otra parte, se hizo «practicable» el acceso a la parte superior de la basílica con una escalera interior e «impermeabilizando la barandilla del cimborrio», comentan desde la Generalitat.

Tras esta obra fase valorada en más de 800.000 euros, aún queda por rehabilitar «la cubierta y la girola». El prior de la basílica asegura que buena parte de esas obras «han de estar centradas» en las naves laterales, cuyos travesaños «son viejos y están en muy mal estado».

La restauración está «paralizada»

El prior también señala la necesidad de cambiar «algunas tejas», pero él mismo reconoce que esto «corre menos prisa».

Asimismo, las vidrieras requieren una limpieza, pues únicamente una de ellas ha sido restaurada y brilla con un color distinto al de las demás.

Pero la restauración de este templo de principios de siglo XX de estilo neogótico está parada. Sin fondos. «Cuando se quedó parado hace tres meses o así, se prometió dar dinero cuando hubiera posibilidad», indica Escario, que señala que la Conselleria de Infraestructuras, que es la que se encarga de la rehabilitación —la Iglesia ayuda sólo en parte, como reconoce el propio prior de la basílica—, «conoce el proyecto», pero lamenta que, ahora mismo, el Consell «no tiene fondos».

La versión de la administración es otra. Fuentes de Infraestructuras aseguran que la obra está terminada, aunque indican que sí es cierto que hay «una voluntad», manifestada por el anterior director de Obras Públicas, de quien dependía el Departamento de Arquitectura, Ismael Ferrer, durante una visita al templo, de «continuar las obras con una segunda fase». Las mismas fuentes hacen hincapié en que «en ningún caso» se puede hablar de paralización: «No existe ningún proyecto aprobado en ese sentido».

Futuras intervenciones

La segunda fase tendría como objetivo «las cubiertas, que se encuentran deterioradas, así como otros elementos que complementarán la restauración», según las mismas fuentes.

Sea como sea, la basílica nunca llegó a terminarse. De hecho, se construyó con una mezcla de cemento y arena de playa, material que dio forma a la decoración arquitectónica de las torres, que ya en 2004 presentaba un grave deterioro, con continuas caídas de cascotes. Entonces, cada vez que llovía caía una especie de masilla de dichas torres y del cimborrio, lo que motivó, en parte, la restauración que ahora mismo está a la espera de esa segunda fase que termine las obras de la iglesia de los dominicos.