Valencia y los pueblos de su entorno nunca han sido un icono surfero por las olas de sus playas, pero aún así es cada día mayor el número de personas que se aficiona a este deporte acuático. "Son más de 500 personas las que practican este deporte en cualquiera de sus variantes en la ciudad", asegura Jose Luis Antón, surfero de toda la vida y miembro del Valencia Surf Club. Y todos ellos coinciden en una cosa: las playas de la Patacona y Port Saplaya, en Alboraia, concentran las mejores condiciones para la práctica de este deporte. El problema es que a lo largo de toda la costa de este municipio no hay ni un solo metro acotado para que estos surfistas puedan hacer lo que más les gusta sin arriesgarse a llevarse importantes multas. "En verano sale más rentable tener a 5.000 bañistas que a 50 surfistas", denuncia el presidente del Valencia Surf Club, Pepo Torres.

Los meses de invierno no suponen un problema. Los surfistas, enfundados en sus trajes de neopreno y aguantando el frío, son los únicos valientes que se atreven a adentrarse en la playa, y nadie les recrimina nada por ello. Las dificultades vienen en la época veraniega, cuando las autoridades dejan de hacer la vista gorda e interesa hacer cumplir la ley: está prohibido practicar cualquiera de estos deportes naúticos. Las normas son claras, tal como explica el director de Emergencias y Protección Civil de Alboraia, Ernesto Navarro: "Todas las playas de la localidad están destinadas al baño, no se puede practicar ningún deporte naútico cerca de la orilla".

Por ello, los surfistas de la zona demandan una solución, alguna manera de poder practicar su deporte libremente cualquier día del año. La situación actual es insostenible y contradictoria. "Nos dicen que sí, que nos podemos meter cuando no haya bañistas. Pero la única manera de que estos no puedan entrar en el agua es la bandera roja, y en esas situaciones también nos prohíben entrar a nosotros, justo cuando mejores olas hay. Por lo tanto, al final de la historia nunca podremos surfear", explica José Luis Antón.

Cada vez más deportistas

Poco a poco este problema va siendo cada vez mayor por la proliferación de surfistas. Pepo asegura que están "buscando posibles acciones, algún recurso para pedir un cambio en la situación, que se pueda practicar el deporte tranquilamente". De momento, desde la Federación Española de Surf, ya se consiguió que a los surfistas se les permitiese entrar con bandera roja. Ahora solo falta que tengan libertad para poder practicar su deporte en cualquier época del año y dentro de la legalidad.

La solución que se reclama es la que se aplica en el resto de ciudades españolas que cuentan con una mayor cultura surfera -norte de la península-. Allí, explica José Luis, son los socorristas los encargados de "leer el mar" y acotar zonas en la playa para bañistas y surfistas permitiendo "la convivencia segura" de ambos. El problema es que en las playas del entorno de la ciudad de Valencia, la única salida que se permite es acotar una zona fija y que no sea concurrida por bañistas, lo que solo deja "zonas apartadas y poco preparadas".

Las autoridades no son estrictas en todas las zonas por igual. El director de Emergencias asegura que ellos no sancionan si surfean "fuera de las zonas de balizamiento". El problema es que esas zonas son las no aptas para el baño por ser aguas sucias, desembocadura de aguas, y que Emergencias avisa que no se hace responsable "de lo que les suceda a estos surfistas" allí ya que no han de "mermar sus recursos de vigilancia por estas actuaciones", unos recursos que por lo que se ve, parecen no estar destinados a todos por igual.

Sanciones de la Guardia Civil

Las quejas más agudas vienen en los momentos en que la Guardia Civil interviene en el asunto. José Luis asegura que una tarde "no quedaba prácticamente nadie en la playa" y surfeaban en "una zona vacía". Eran unos 40 surfistas en la playa cuando llegó la Guardia Civil y comenzó a multar a "todo aquel que veía con una tabla". "No podemos surfear jugándonosla a ver si nos echan ese día o no", indica el surfero.

Desde el ayuntamiento, su alcalde, Miguel Chavarría, asegura no tener constancia de la situación: "No hemos recibido ninguna queja. Si esto sucede, estaría encantado de recibir las sugerencias de estos surfistas y abrir diálogo".

El Valencia Surf Club intenta, desde 2002, reunir a los surfistas de la zona de la capital bajo una misma agrupación para ganar peso en la defensa del deporte. Está ubicada dentro de la Federación Española de Surf y comenzó a tomar fuerza desde 2009. Así consiguieron organizar el pasado mes de junio el I Open de Surf Ciudad de Valencia, que fue un éxito.