Desde 2007 estaba prevista la inauguración de las supuestas salas blancas de esterilización en las que se invirtieron 600.000 euros, pero cuatro años más tarde estas las estériles de 300 metros cuadrados todavía están por estrenar, según confirmaron a Levante-EMV algunos investigadores del Centro Príncipe Felipe, pese a que en su día el conseller Rafael Blasco afirmó que eran «necesarias».

Las mismas fuentes indicaron que nadie las ha visto y que no han podido utilizarse porque jamás ha existido la necesaria certificación oficial que garantizara su estanqueidad ya que este procedimiento resultaba excesivamente elevado. El mantenimiento de las mismas también era muy disparado, ya que requiere cambiar los filtros con frecuencia que es lo que encarece el coste.

En 2009 el conseller de Sanidad Manuel Cervera declaró que se encontraban en fase de validación. Y ahí se han quedado.

Un destino similar ha ocurrido con los dos quirófanos robotizados que costaron un millón de euros cada uno y que solo uno se ha utilizado en una ocasión. Los quirófanos se adquirieron para operar mamíferos superiores y realizar experimentos de trasplantes de órganos en cerdos. Algunos investigadores expresaron que uno de los dos quirófanos no lo ha visto nadie y que se duda de que realmente se encuentre en la instalación.

Una investigadora ha puesto a punto uno de los quirófanos para alquilarlo y costear, así, los gastos extras del animalario.

Otros gastos que han sido calificados de «excesivos» han sido la compra de serrín para los lechos de los roedores (57.000 euros), el pienso que costó 50.00 euros y el transporte del mismo por el que se abonaron 150.000 euros en el año 2008. El excesivo presupuesto destinado a la compra de jaulas para animales también ha sido criticado por los científicos. De hecho, en 2004 se destinaron 1.800.000 euros para jaulas para perros que no se utilizan.