Es la última publicación que nos ofrece Josep Climent Barber, compositor, musicólogo y maestro de capilla de la Seo. Pero sobre todo estamos ante un infatigable trabajador desde hace mas de cincuenta años, cuando siendo estudiante dirigía la Scola Cantorum del Seminario.

Muy pronto le vemos estudiando en el Conservatorio de París, de donde trae aires renovadores europeos. Y aunque es hijo adoptivo de Valencia, su sencillez y bonhomía han hecho que estos aspectos personales no sean demasiado conocidos. Hace bastantes años , en plena madurez, Climent nos dejo una obra fundamental de cinco volúmenes: "Fondos musicales de la región valenciana" en la que reúne todas las obras musicales existentes, no sólo en catedrales e iglesias importantes, sino todo tipo de composiciones de tantísimos pueblos donde los maestros de las bandas han producido numerosas piezas de distintas características.

Ahora nos presenta un catalogo completo, por orden alfabético, de las cuatro mil ciento cuatro obras de autores registrados en el Archivo de la Catedral de Valencia, lo que no quiere decir que estén comprendidos aquí la totalidad de la música producida por dichos autores, puesto que hoy pueden encontrarse en otros lugares distintos. La mayoría de los autores son harto conocidos por los entendidos.

La importancia del archivo Musical de la Catedral es incuestionable. Es tan antiguo como la misma Iglesia Diocesana, pudiéndose afirmar que el documento más antiguo que se conserva son las famosas "Epistoles Farcides", escritas en latín y catalán, lo que nos delata como era la lengua vulgar en el siglo XIII en esta tierra. Fueron estudiadas por el maestro Ripollés Pérez, por lo que mereció una mención honorifica en un Congreso en Basilea, hacia 1927, y publicadas por la célebre Sociedad Castellonense de Cultura. Aunque este archivo guarda obras de muchos compositores tanto nacionales como extranjeros, el cuerpo fundamental está compuesto por las obras de los que fueron maestros en la Metropolitana, especialmente de aquellos de fama universal como Pérez de la Parra, Comes , Ortells, Pradas, Pons etc. Además de estas composiciones polifónicas, se conservan cien libros de coro de gregoriano o de "cant Pla", la mayoría del siglo XVIII. Como hasta la puesta en marcha de los conservatorios musicales no había en Valencia escuela de música, el conocimiento del archivo catedral es indispensable para conocer a los compositores de los distintos géneros musicales en la Comunitat Valenciana, por lo menos hasta el siglo XX. El autor nos va explicando cómo Valencia, además de la Seo, contó con la Capilla Musical del Duch de Calabria, cuyos documentos pasaron al Monasterio de S. Miguel y los Reyes, conservándose ahora algunos en el Archivo Catedral y otros en la Universidad Literaria.

A partir del XVII Valencia cuenta con otro foco importante de irradiación musical: la exuberante Capilla del Colegio de Corpus Christi, aunque muy marcada por las líneas tridentinas del Patriarca Ribera, su fundador

Hasta bien entrado el siglo XX siguen estando muy vinculados a la música religiosa compositores como Giner, Pérez Gerson, Úbeda, Palau, López, y Chavarri, entre otros.

Nos explica el autor la gran investigación y ordenamiento de los papeles de éste y otros archivos, habiendo que destacar el enorme trabajo realizado en 1900 por el canónigo Joaquín Navarro y la catalogización, no menos esplendida, efectuada por Juan Bta. Guzmán, que terminó su vida como monje en Monserrat, continuando en este gran centro musical su pasión por la música.

El Maestro Josep Climent nos presenta en este riguroso estudio de 563 páginas unas secciones así articuladas: Música de atril; Trascripciones J. Bautista Guzmán, Música en legajos todos manuscritos; Algunos autógrafos de compositores importantes y Un útil índice onomástico. Felicitamos al mestre Climent por su profesional trabajo, que por otra parte contribuye a divulgar los fondos del rico archivo de la Metropolitana.