La alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, anunció ayer unos presupuestos "restrictivos" para el año que viene con congelación de plantillas y nuevas inversiones. En este último capítulo apenas se incluirán 25 millones para atender a los proyectos que ya están en marcha. Y es que aunque la alcaldesa asegura que la economía municipal está muy saneada, los ingresos del Estado han bajado y hay que reducir -este es su gran objetivo- la deuda viva, que en la actualidad se sitúa en el 116 %, una de las más elevadas de España.

"A pesar de las enormes dificultades y de los ajustes económicos, los valencianos pueden estar tranquilos. Tenemos un ayuntamiento saneado y solvente", dijo la alcaldesa preparando el terreno. En su opinión, "lo importantes no es la deuda, sino el déficit" y "el ayuntamiento ha tenido superávit en los últimos tres ejercicios". También es positivo el remanente de tesorería ("dinero en caja y bancos, más los que nos deben, menos las obligaciones pendientes de pago", explicó) y el ahorro neto (diferencia entre los ingresos y gastos corrientes).

"Aquí no hay problemas para pagar las nóminas, no debemos a Hacienda, no debemos a la Seguridad Social ni tenemos problemas en atender las cargas financieras", dijo la alcaldesa, que exhibió incluso su relación con los proveedores, a los que paga al contado, dijo, cuando se trata de facturas de menos de 6.000 euros, o entre tres y seis meses cuando se supera esa cantidad. "No está mal", comentó.

Ahora bien, reconoció que la deuda es alta y que, aunque sea por un último cambio legal, está fuera de lo permitido por el Gobierno. Exactamente el 116 % de sus ingresos. Esto sumado a la difícil situación económica y al recorte en las aportaciones del Estado obligan a preparar para 2012 unos "presupuestos restrictivos" y a continuar con los planes de austeridad, que, según dijo, "en Valencia se llevan aplicando desde hace tres años".

Como Rita Barberá es contraria a subir los impuestos y las tasas se incrementarán lo que marque el IPC, dijo, su propuesta es mantener congelada la plantilla y dejar la inversión en 25 millones de euros para atender exclusivamente los proyectos que ya están en marcha, como el Pont de Fusta, la Plaza Redonda, el Centro Cultural la Rambleta o la ampliación de los cementerios.

También se unificará en un sólo pliego el mantenimiento de los más de 300 edificios municipales y se mantendrán los planes de ahorro ya puestos en marcha, que en el caso del parque móvil es del 25 %, 40 % en fotocopias, 73 % en material inmobiliario, 47 % en vestuario, 28 % en electricidad, etc.

"Será un presupuesto más comprometido", dijo la alcaldesa, en el que "se eliminarán los gastos no productivos" y se pondrá especial atención a las políticas de empleo.

El PSPV duda que se rebaje la deuda

El concejal socialista Pedro Sánchez aseguró ayer que "no hay ningún indicador" de que el Ayuntamiento de Valencia vaya a rebajar la deuda ni a pagar a los proveedores. A su juicio, los presupuestos del próximo año "serán más de lo mismo" por el "descontrol en el gasto corriente". Sánchez asegura que el Plan de Austeridad se incumple, según los datos publicados por el propio consistorio, y que las partidas de electricidad, agua o combustible subieron un 42 % en 2009 y un 7 % en 2010. Afirma, además, que la deuda con los proveedores sigue creciendo hasta situarse en 112 millones a 31 de agosto de 2011. "Es impresentable que la alcaldesa diga que se paga bien cuando reconoce que se paga con entre 3 y 6 meses de retraso, siendo que la ley exige que se pague en 50 días", dice.