La campaña de la policía local para sancionar las infracciones de los ciclistas -como circular por las aceras, conducir con los auriculares puestos o carecer de luces homologadas, entre otras- se centró ayer en la zona de Tarongers, lo que causó la indignación de los universitarios, usuarios masivos de este medio de transporte.

La campaña durará, según fuentes municipales, hasta el 11 de diciembre, y pretende que los ciclistas "conozcan" la nueva normativa que aprobó el ayuntamiento en mayo de 2010. Sin embargo, la visión de Compromís es bien diferente. Para la coalición las actuales multas a ciclistas "solo tiene un afán recaudatorio", y más si se tiene en cuenta que aún no se ha convocado "la oficina de la bicicleta, con la participación de las entidades ciclistas, tal y como se aprobó en el último pleno del ayuntamiento".

Según el portavoz del grupo, Joan Ribó, "Compromís per València quiere recordar que en nuestra ciudad no hay una red estructurada de carril bici que permita unos desplazamientos razonables, los carriles bici y las vías ciclistas terminan abruptamente, están mal señalizados, no se ha hecho ninguna planificación para su puesta en marcha y no se ha querido atender los requerimientos de los usuarios. Queremos remarcar que la calzada sigue siendo un lugar muy peligroso para los ciclistas".

Por ello, "las multas indiscriminadas a los ciclistas son una muestra de un ayuntamiento que recurre a comportamientos autoritarios y persecutorios por ser incapaz de resolver adecuadamente el problema de la circulación en nuestra ciudad".