«Si nos hacemos autónomos, esto se acabó». Así de claros se muestran los vendedores de castañas de Ciutat Vella, que aseguran que la Junta Municipal les «obliga» a hacerse autónomos para poder vender en la calle. La fecha tope es el día uno de enero de 2012, cuando aún quedan tres meses para que termine la temporada en marzo.

Los castañeros afirman que este es el primer año que el Ayuntamiento de Valencia les obliga a hacerse autónomos, lo que en la práctica supone, según los vendedores, pagar unos 200 euros al mes. El consistorio, sin embargo, asegura que ni la Concejalía de Comercio, ni las Juntas Municipales €que sí son las encargadas de dar las licencias€ ni el Servicio de Descentralización eligen si los castañeros se hacen o no autónomos. Y la tercera pata para esta mesa mal avenida, el Ministerio de Trabajo, indica que cualquier venta en la calle ha de estar incluida en un régimen de la Seguridad Social, sea este autónomo o no, y fuentes de Trabajo avisan: «Si los castañeros no tenían obligatoriedad de darse de alta en la Seguridad Social hasta este año, el Ayuntamiento de Valencia estaba permitiendo economía sumergida».

Y en medio de este laberinto administrativo, los vendedores de castañas, que son €según ellos€los verdaderos afectados por la medida. «Gano unos veinte euros al día, eso los días que va mejor la cosa, y si tengo que pagar 200 al mes, tendré que cerrar», lamenta una castañera de la Plaza de la Virgen. Algunos de los vendedores consultados aseguran que la decisión de las Juntas Municipales €pues aseguran que esa decisión únicamente afecta a los vendedores de Ciutat Vella y por orden, en todo momento, de la junta€ viene motivada por «problemas» con los vendedores de mazorcas que en verano se ponen en el Paseo Marítimo, aunque este diario no ha podido confirmar ese hecho.

Lo que sí que es seguro es que decenas de castañeros han tenido que darse de alta como autónomos este año por primera vez. «Yo antes no era y ahora he tenido que hacerme autónoma», asegura otra castañera.

En la práctica, el efecto que puede tener esta decisión es que desaparezcan las castañeras. Los vendedores han de pagar, según las tasas que impone el consistorio para venta en la calle, 36,17 euros al mes.

Entre los documentos municipales que indican qué necesita aportar un vendedor, figura la solicitud de venta, fotocopia del DNI, carnet de manipulador de alimentos €si es necesario€, una memoria descriptiva del tipo de ocupación que se va a realizar, un plano de situación acotado y con indicación de los elementos de mobiliario urbano existentes allí donde se vaya a colocar el puesto €que no puede superar los 2 x 1 metros€, licencia fiscal, certificado de padrón o licencia de apertura de establecimientos, según los casos e ingreso previo por la ocupación de la vía pública. Es decir, en ningún caso la condición de autónomos.

Los trabajadores que se acojan a este régimen han de pagar casi un 30 % de sus ingresos como cotización, lo que supone unos 200 euros al mes. Y eso, para los castañeros, es prácticamente una sentencia de muerte.

Posibles cierres

«Es que no hago 800 euros al mes, es que no los hago», se lamenta una castañera del centro de la ciudad. Entre los vendedores se detecta cierto a miedo a «represalias», aunque no quieren explicar a qué exactamente. Por eso, no dan los nombres, pero todos aquellos a los que ha entrevistado este periódico coinciden en explicar que si se ven obligados a darse de alta en la Seguridad Social y hacerse autónomos, desaparecen. Peligra, por tanto, el olor a castañas asadas.