El Molí dels Frares, una de las joyas medievales de la huerta de Campanar y del patrimonio cultural valenciano, está completamente abandonado, lo mismo que el gran mural del siglo XVII que hay en su interior y que en su día mereció todos los elogios e intentos de restauración de la Conselleria de Cultura. Llegó a organizarse un congreso sobre esta materia y se regaló un facsímil de la obra al alcalde de la localidad francesa de Salses, donde se libró la batalla a la que hace alusión el mural. Pero trece años después de aquello, el molino esta que se cae para disgusto de la Asociación de vecinos de Campanar, que ha sido la que ha dado la voz de alarma.

El Molí dels Frares data del siglo XIII y se sitúa en la partida de Dalt de Campanar, en el camino a Paterna. Sus paredes se levantan sobre la acequia de Petra y en ellas pueden entreverse dos arcos ojivales propios del gótico.

En el interior no hay nada desde que dejó de funcionar allá por los años setenta, pero sobre una de sus paredes se conserva, si es que sigue ahí, un rico mural pintado por mano anónima que recrea la batalla que libraron las tropas de Felipe IV en 1640 en la ciudad francesa de Salses, en el Rosellón.

Este mural, fechado también en el siglo XVII y con unas dimensiones de 5 metros de ancho por 1,30 de alto, fue redescubierto en 1994 por el historiador Eduard Pérez Lluch, actual presidente de la Asociación de Vecinos de Campanar, y mereció todos los elogios de los responsables de la Generalitat. En el año 1997 la entonces directora general de Patrimonio, Carmen Pérez, se comprometió a restaurar el mural y lo hizo en presencia del alcalde de Salses, Sylvain Dagues, que en agosto de ese mismo año recibió en su propio pueblo una réplica del mural de manos de Pérez. Es más, en marzo de 1998 la Universidad Internacional Menéndez Pelayo acogió un congreso organizado por la Generalitat Valenciana, la Asociación de Amigos de los Museos Militares y el Museo Militar de Valencia, cuyo objetivo era analizar desde el punto de vista histórico, patrimonial y cultural el para entonces famoso mural. Y en diciembre de ese mismo año la Comisión de Educación de las Corts Valencianes instaron al Consell a agilizar las negociaciones para adquirir el molino, de propiedad privada, y adoptar las medidas de seguridad necesarias para evitar su deterioro.

Catorce años después, sin embargo, nada se ha hecho al respecto y el edificio presenta un estado de abandono total. El propio Eduard Pérez Lluch, en su calidad de historiador y presidente de la Asociación de Vecinos de Campanar, así lo ha denunciado.

Deterioro acelerado

Según dice, en el último año se ha acelerado su deterioro y urge una restauración integral del edificio. De sus paredes han sido prácticamente borrados los arcos de ojiva y la garita de la esquina está completamente destruida. También están rotas las ventanas y se teme por el mural, que en teoría, dice Eduard Pérez Lluch, sigue en su interior.

El dirigente vecinal cree, en consecuencia, que es urgente una intervención sobre el edificio para salvar lo que queda de la construcción medieval y, al mismo tiempo, salvar el mural de la batalla de Salses. En una palabra, hacer lo que se prometió en su día y nunca se ha hecho realidad.

Ahora, como antes, el molino es propiedad de una familia que lo tiene en desuso y abandonado. A su alrededor han crecido construcciones y naves que se usan como talleres y que han contribuido también a su deterioro.