Como si de un gran abierto de tenis se tratara, la fiesta que tuvo lugar en el Ágora de la Ciudad de las Artes y las Ciencias (Cacsa) en Nochevieja consiguió reunir a cerca de 5.000 personas. Este edificio público sin finalidad concreta (y que ha costado más de 90 millones de euros) se convirtió por una noche en la pista de baile de miles de valencianos que quisieron celebrar el año nuevo de forma singular.

«Un éxito total», sentencia David Martínez, responsable del macro evento. Y es que a pesar de las colas que tuvo que sufrir más de uno, la juerga se prolongó hasta las siete de la mañana sin incidentes, según fuentes de la organización.

Era la primera vez que «la plaza pública» acogía una actividad de estas características, sin embargo, parece que el experimento ha obtenido buenos resultados, al menos para la empresa privada que lo organizaba. «En un primer balance podemos decir que Valencia está perfectamente preparada para hacer eventos de este tipo y que sean rentables», explicó David Martínez. Aunque el responsable de la agencia de viajes que organizaba la fiesta no quiso concretar la cifra que ha pagado por alquilar el Ágora para Nochevieja, sí aclaró que ha salido «ganado dinero». El precio por disfrutar de una velada en este distinguido entorno oscilaba entre los 45 y los 124 euros por persona y se podía disfrutar de barra libre y noche de hotel. Las entradas se pusieron a la venta el pasado 10 de diciembre. Aún así, se vendieron más de 4.500 en poco menos de un mes, según los responsables del evento.

El momento álgido de la noche fue a partir de las dos de la madrugada, cuando ya se habían vendido otras 500 entradas en taquilla y sumaban así 5.000 almas en el recinto. En el interior del Ágora los asistentes pudieron disfrutar de horas de música y diversión. Hubo saxofonista y guitarrista en directo, así como dos pantallas de 12 y 10 metros respectivamente que permitían al público ver los vídeos musicales que los distintos pinchadiscos mezclaban para ambientar la noche. «Pusimos las copas a cinco euros, por lo que la gente no tenía necesidad de consumir alcohol en la vía pública», indicó Martínez. Fuentes de la Policía Local de Valencia confirmaron la aglomeración de público en esa zona del cauce del río e informaron de la ausencia de botellón en la calle.

El negocio ha sido tal que David Martínez ya piensa en volver a pujar el año que viene para alquilar de nuevo este espacio y albergar allí la madre de todas las fiestas de Nochevieja de Valencia. «La sonoridad ha sido perfecta, no hemos tenido incidentes (salvo un abrigo que no se pudo devolver) y la gente ha salido muy contenta».