La ciudad sigue creciendo, pero el presupuesto para limpieza viaria se reduce cada año. Sin embargo, esto no siempre fue así, ni mucho menos. Los recortes hace tiempo que llegaron a las tres empresas que gestionan la limpieza viaria en la ciudad (FCC, Secopsa y Agricultores de la Vega) que han visto cómo el presupuesto que se reparten para gestionar el servicio ha bajado de los 70 millones de euros invertidos en 2009 a los 54 de este año.

Y si los vecinos llevan prácticamente un año denunciando la suciedad en las calles, los empleados llevan otro tanto asegurando que las plantillas han menguado ya que ni se cubren las bajas de los operarios ni las vacaciones de verano. Es más, durante los meses de julio y agosto las denuncias vecinales por la suciedad en las calles (eso sí, dependiendo de los distritos) fue prácticamente una constante. Y es que la suciedad es un servicio que si merma, se ve fácilmente.

Las tres empresas que gestionan el servicio de limpieza —y que se reparten la ciudad en tres zonas— han gestionado el servicio de 2011 con un presupuesto de 60 millones de euros, es decir, 5 millones de euros menos que en 2010 y 9,5 millones de euros menos que en 2011.

Acercar posturas

Pero la tijera vuelve otra vez al servicio de limpieza. Este año hay seis millones menos para cubrir la limpieza viaria en un ciudad en constante crecimiento. Los comités de empresa de las tres firmas implicadas temen despidos —y se reúnen hoy para acercar posturas y proponer medidas de presión conjuntas— tras la reducción de un presupuesto que ha bajado en 16 millones de euros en tan solo tres años.

De forma oficial, las empresas callan ya que prefieren continuar con la adjudicación del servicio que quedarse sin él. Pero los trabajadores saben que donde antes limpiaban las calles a diario, hoy lo hacen tres veces a la semana (en el mejor de los casos) y una o ninguna, en el peor de ellos. Eso sí, dependiendo de las zonas ya que no es lo mismo vivir en el centro de la ciudad que en un barrio de la periferia.

La mayor reducción de las plantillas de limpieza se ha producido en las brigadas de barrido manual en las calles, que han pasado de tres personas (en 2004) a una sola (en 2011). Y lo mismo ha ocurrido con los vehículos de recogida de contenedores de residuos. Los operarios que iban detrás del camión han pasado a la historia con los nuevos vehículos de carga lateral. Las calles se han dejado de baldear. Y si bien es cierto que Valencia ha crecido, el personal de limpieza se ha reducido, según fuentes de las empresas, de 800 a 600 empleados.