La investigación realizada por la Agencia Tributaria a través de inspectores destinados en Valencia y Barcelona ha detectado la existencia de una estrafalaria operación para vender 10.000 taxis con destino a Pakistán.

José Luis Sena Gimeno, administrador único de Notec, la empresa por la que pasaban, presuntamente, los lodos de la depuradora para su tratamiento, y Jorge Ignacio Roca Samper, en paradero desconocido y propietario también de varias empresas que facturaron a Emarsa por la gestión de locos, suscribieron en mayo de 2008 un contrato por el que Agrolemos YN, una de las empresas de Roca Samper, se comprometía a a realizar labores de «intermediación comercial en la venta de unos 10.000 vehículos en Pakistán por parte de Notec». El precio de la venta ascendía a 200 millones de euros y el importe de la comisión a cobrar por Agrolemos era del 1% adelantando el pago del 0,5% con independencia del resultado de la operación.

En su auto, el juez explica que dicha operación nunca llegó a materializarse «debido a problemas estructurales» en Pakistán, aunque recuerda que ese «impedimento» ya existía antes de la firma del contrato.

En opinión del juez y de los peritos de Hacienda existen «indicios suficientes» para considerar que el contrato fue suscrito para generar una cuota de IVA soportado a deducir del IVA recibido en la relación comercial con Emarsa.

La Agencia Tributaria ha detectado extracciones de dinero en metálico procedentes de las cuentas de Agrolemos que ascienden a 789.239,22 euros y que son investigadas en expediente aparte.

Curiosamente, el auto asegura que no se ha encontrado ningún bien a nombre de Ignacio Roca Samper, pese a que este aparece en el centro de la trama de los lodos y como propietario de las principales empresas.