La próxima primavera una flota formada por 61 embarcaciones partirá del Grau de Gandia hacia Valencia. Hay barcos de época, antiguos, de pesca y buques escuela de la marina militar de algunos países. Son las maquetas realizadas, con todo detalle sobre los originales, por Manuel Estrela, el «Polit» del Grau de Gandia, y tanto él como su familia han decidido que se expongan en l´Oceanogràfic de Valencia, cuyos responsables se quedaron sorprendidos al ver la colección que ahora «fondea» en la planta baja de la vivienda del «Polit».

Nieto de un pescador de Valencia, Estrela, que ahora tiene 74 años, es un hombre de mar. Primero trabajó en el puerto de Gandia y después se dedicó a la pesca a pesar de que se mareaba, algo que, según dice, superó comiendo aceitunas rellenas.

Cuando tenía 23 años cayó al mar, y su padre prometió que si lo encontraba vivo él y su esposa irían toda la vida a misa para agradecer a la providencia un hallazgo que para ellos fue un auténtico milagro.

Tras una vida dedicada a pescar, al «Polit», ya con 58 años, le dio por las maquetas. Mientras enseña su colección, narra a Levante-EMV que el primer día pensó tirar su trabajo «a la barbacoa», pero a la una de la madrugada se despertó y se puso nuevamente a trabajar. «Simplemente por afición», señala.

Primero empezó reproduciendo barcos de época, y allí está, como uno de los mejores ejemplos, la maqueta del «Bounty», del año 1780, uno de los más famosos buques de la Armada Real Británica, al que siguieron otras pequeñas y no tan pequeñas joyas cuyos originales surcaron los mares del mundo.

Cuando los buques empezaban a llenar los estantes de su vivienda Manuel Estrela asegura que se preguntó por qué no llevar a cabo la tarea de reproducir a escala las barcas de pesca del Grau de Gandia. Aquel empeño se convirtió en obsesión y durante años no paró hasta que las tuvo todas. Algunas de ellas incluso llevan incorporado un motor que les permite navegar, y otras disponen de todos los sistemas de iluminación que funcionan de acuerdo con las normas de la navegación.

Pasado el tiempo, incluso ha reproducido las barcas de vela latina, las que surcaban el marjal de Gandia, las que se dedicaban a la pesca de mejillones, e incluso las ya desaparecidas «muscleres» que se fondeaban en medio del puerto de Gandia para la cría de las «clóchinas» valencianas, tan apreciadas hoy en día en las cocinas más sofisticadas.

Estrela mostró las fotos de sus barcos a través de la página «elpolit.es», pero sus hijas Eva y Mari Carmen le animaron a que aquel trabajo no se quedara en la planta baja de su casa. «Fueron ellas las que me dijeron que esto se tenía que mostrar a todo el mundo», confiesa el «Polit», así que Eva y Mari Carmen negociaron el traslado de las barcas a la Ciudad de las Artes y las Ciencias.

Los responsables de esta institución, que también se sorprendieron por las miniaturas, han aceptado la propuesta y se han comprometido a buscar un hueco en l´Oceanogràfic. En estos momentos ya se está planificando el traslado de la flota a Valencia.

«Yo les he dicho que no permitiré que pongan mis barcos en una urna. Estas creaciones son libres como yo», concluye Manuel Estrela, quien quiere agradecer ante todo las facilidades de la carpintería de Sebastián, de sus familiares y empleados, por haber tenido la paciencia de atender siempre a los cortes de la madera que él necesitaba.