El Ayuntamiento de Valencia ha impuesto un severo régimen de ahorro a las 15 pedanías de la ciudad, un conjunto de medidas entre las que se encuentra una reducción del 20% en el presupuesto de fiestas, la eliminación de las subvenciones a todas las asociaciones ciudadanas y un plan de ahorro en todos los edificios municipales. Así lo aseguró ayer el concejal de pedanías Vicente Aleixandre, que aboga por el mantenimiento de las tradiciones apretándose el cinturón.

Fue el propio Aleixandre quien comunicó estas medidas a los 15 alcaldes pedáneos en un encuentro celebrado ayer las instalaciones de Viveros, encuentro que se prolongó por espacio de dos horas y media. La decisión más directa es la supresión de las subvenciones de las Juntas Municipales a un centenar de entidades ciudadanas repartidas por todos los núcleos de población, que oscilaban entre los 300 y 400 euros anuales. Según Aleixandre, la alternativa es que las propias alcaldías pedáneas puedan entregar algo de dinero a estas asociaciones a cambio de algunos trabajos y aportaciones a la actividad del pueblo.

Por lo que se refiere a las fiestas, la decisión es suprimir uno de cada cinco euros del presupuesto manteniendo las tradiciones como se ha hecho hasta ahora. "Si el Palmar se gasta 3.500 euros en una mascletà, que se gaste 1.600, y si la disco móvil está hasta las 4 de la mañana y cuesta 750 euros, que esté hasta la una y media y se gasten 500", dijo Aleixandre. "Las costumbres no se pueden quitar, pero se pueden apretar", añadió el concejal.

La alternativa en este caso es "la imaginación y el trabajo" para conseguir patrocinador y lo que haga falta", como se ha hecho con la cabalgata de Reyes de este año, precisó.

Por último, se ha pedido a todos los alcaldes pedáneos el control de la electricidad y el teléfono. Las luces no podrán permanecer encendidas a deshoras y se prohibirá hacer reuniones en dependencias municipales a aquellas asociaciones que no estén registradas.

Aleixandre advirtió además, que no tolerará gastos extras "pensando que ya se pagarán", porque lo que no quiere el equipo de Gobierno municipal es tener que ir luego a reconocimientos extrajudiciales de crédito, lo que se conoce como facturas en los cajones. "Hay que mantener las costumbres y las tradiciones, pero con control y trabajando", concluyó el concejal, que asegura que todos los pedáneos aceptaron el reto de buen grado.