Ni los históricos, ni los funcionales, ni los de reciente construcción. Ni con el PSPV en la alcaldía, ni con el PP. En los puentes que salvan el antiguo cauce del río Turia no hay espacio reservado para los ciclistas. Sin embargo, la excepción que confirma la regla, en este caso, se llama puente de Aragón. Solo tiene carril bici en un lateral, pero es el único espacio propio con el que cuentan las bicicletas en los dieciocho puentes que sortean el Jardín del Turia, diecinueve en cuanto finalicen las obras del nuevo Pont de Fusta, en el que el carril estaba previsto en el proyecto y finalmente fue suprimido.

En 32 años de democracia se han construido siete puentes en Valencia, uno de ellos (el de Monteolivete) realizado en dos fases, una en 1991 y otra en el año 2000. Y en ninguno de los pasos se ha reservado carril bici. Ni cuando apenas había cultura urbana ciclista en una ciudad que iniciaba su carril bici, ni cuando este vehículo está en pleno auge y la ciudad cuenta, incluso, con un servicio de alquiler público de bicicletas. En este aspecto, socialistas y populares han actuado de igual forma.

La construcción del carril bici en la ciudad se inició en etapa socialista (1985). Cuatro años después se inauguraba el primer puente construido en la democracia —el del 9 d’Octubre, el primero del arquitecto Santiago Calatrava en la ciudad— que solo fue pensado para vehículos y peatones, una filosofía que se repite hasta la actualidad. En 1995, la Generalitat de Joan Lerma inauguraba el de la Exposición, sobre la estación de metro de Alameda. La alcaldesa Rita Barberá, por su parte, ha construido en la ciudad cinco pasos más: el de las Artes (1998), el puente del Reino (1999), la segunda fase del de Monteolivete (2000), el de las Flores (2002) y el de l’Assut de l’Or (2008), aparte del nuevo Pont de Fusta, en construcción.

Desde Valencia en Bici aseguraron ayer que están «acostumbrados» a ver cómo se inauguran puentes «que no han reservado espacio alguno para las bicicletas». «Si realmente quisieran fomentar el uso de la bicicleta los puentes tendrían carril bici. Es más, en aquellos pasos donde las aceras son de más de 3 metros —como en el de las Artes, en el entorno del IVAM— el carril bici no tiene continuidad en una acera que podría ser de uso compartido para ciclistas y peatones», afirman. Compromís, por su parte, calificó de «escándalo» que en el proyecto del Pont de Fusta se haya eliminado el carril bici para incluirlo en el puente de Serranos, que será para ciclistas y peatones. «Al nuevo Pont de Fusta llega el carril bici desde el norte de la ciudad y desde las universidades. Hay que conectar toda la red. Llegar hasta el puente de Serranos será un riesgo».

La excepción: El puente de Aragón (1927), el único con plataforma ciclista

El único puente que cuenta con carril bici es el de Aragón, que data de 1927, y que enlaza la Gran Vía Marqués del Turia con la avenida de Aragón. Desde Valencia en Bici aseguran que este tipo de infraestructura es la adecuada para los pasos, en aquellas aceras anchas —de más de 3 metros— donde sea posible.