La Comisión de Urbanismo del Ayuntamiento de Valencia dio ayer luz verde a la edificación de dos pequeños solares de la calle Ripalda cuyos dueños los tenían abandonados. Esa es la política activa que los vecinos vienen reclamando al consistorio cuando los solares se perpetúan en el tiempo y contribuyen a la degradación de los barrios. Sin embargo el equipo de Gobierno municipal se declara impotente para atender a los cientos de casos que se reparten por la ciudad, sobre todo en estos tiempos de escasa liquidez, pues a la complejidad del proceso se une el coste económico del mismo, que siempre debe ser adelantado por las arcas municipales.

El Ayuntamiento de Valencia dispone desde hace años de un Registro de Solares en el que incluye aquellas parcelas abandonadas cuyos dueños no se ocupan de ellas y han incumplido el mandato municipal de construir. Esos solares suelen ser entregados a la empresa municipal Aumsa para que proceda a su edificación y gestione su venta y compensación a los dueños. En el caso de la calle Ripalda, lo que se hizo ayer en la Comisión de Urbanismo fue aprobar el Plan de Actuación de la citada calle, último trámite antes de que Aumsa construya nueve viviendas. Esto es precisamente, quizá con alguna variante, lo que reclaman los vecinos, sobre todo en barrios muy degradados como Ciutat Vella o Zaidía. Pero la realidad no es tan fácil.

Proceso complicado y costoso

Según fuentes municipales, estas parcelas se ponen a disposición de cualquier empresa que tenga un proyecto interesante, pero si no hay ninguna oferta, el proyecto lo asume Aumsa, y claro, esta empresa municipal no puede con todo, aseguraron fuentes de Urbanismo.

Hay que tener en cuenta que Aumsa tiene que indemnizar a los propietarios de la parcela (dinero para los que se niegan a ceder el solar y dinero o pisos para los que aceptan el proyecto), construir el edificio y luego venderlo, un proceso que generalmente termina costando dinero a las arcas municipales.

En estas circunstancias, las fuentes aseguran que el Ayuntamiento no puede hacer frente a todos los solares que hay en Valencia, ni siquiera a los de Ciutat Vella, que es el distrito más afectado por este problema. Ahora, además, las administraciones tienen graves problemas de liquidez y hacer frente a estos proyecto, poniendo el dinero por adelantado, resulta muy complicado.

Únicamente se pueden llevar adelante proyectos pequeños que, sin embargo, tengan una gran repercusión en la imagen del barrio, como es el caso de los dos pequeños solares de la calle Ripalda, que van a permitir construir apenas nueve viviendas pero que cambian la imagen de toda la manzana, aseguraron las fuentes. En la Comisión de Urbanismo de ayer, su presidente, Jorge Bellver, también se comprometió a estudiar la recuperación del edificio del Arena Auditorium, tal como había propuesto EUPV.