El equipo de Gobierno municipal rechazó ayer una propuesta del portavoz de Compromís, Joan Ribó, para crear un registro de regalos recibidos por los concejales y la alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, a la que se le atribuye la recepción de obsequios considerados de lujo. El paso en ese sentido se dará, según el vicealcalde Alfonso Grau, cuando entre en vigor la ley de transparencia que ha anunciado la vicepresidenta del Gobierno Soraya Sáenz de Santamaría, ya que ese registro habrá de adecuarse al nuevo texto.

En su exposición de motivos, Ribó recordó que un regalo puede ser un "acto natural" o un cohecho impropio dependiendo del cargo, la cuantía o el obsequio. Y recordó que, en imagen, los políticos están al mismo nivel de los bancos por cosas como ésta. "La transparencia genera confianza y necesitamos un gesto para ganar credibilidad", dijo.

En el mismo sentido se pronunció la concejal de Esquerra Unida Rosa Albert, que tras dejar claro que el 90% de los concejales y funcionarios no reciben dádivas, aseguró que el control está en lo ético. "Sólo he recibido un regalo -aseguró- y por la puerta entró y por la puerta salió".

Por su parte, el concejal socialista Pedro Sánchez explicó que "saber que hay un control generará confianza", aunque la clave estará en la relación de regalos, el acceso público a esa lista y establecer una cuantía a partir de la cual sean patrimonio municipal.

La promesa

"Me alegro de esta moción", respondió Grau a sus interlocutores, a los que acusó de no estar atentos al anuncio que realizó Soraya Sáenz de Santamaría sobre la futura ley de transparencia, que recogerá todos estos asuntos.

"Nos sobran salvadores de la patria", dijo el vicealcalde antes de proponer esperarse a que entre en vigor esta ley para desarrollarla en el Ayuntamiento de Valencia ajustándose a su letra.

La moción fue finalmente rechazada, pero en Compromís se alegraron de la promesa realizada por el vicealcalde.