Familias jóvenes con dos hijos es el perfil de la pobreza en Valencia, según refleja el VI Informe de Casa Caridad, que detecta que los usuarios jóvenes, en situación de pobreza arraigada, prolongan su permanencia en todos los servicios. Durante 2011, el 40 por ciento de los solicitantes de ayuda han sido españoles y han acudido a la Asociación una media de 40 familias al mes.

Según el informe, --elaborado por el departamento de Trabajo Social de Casa Caridad a partir del colectivo que atiende en sus instalaciones, las atenciones a valencianos se han triplicado en los últimos tres años, de forma que representan actualmente el 52 por ciento del servicio de Comedor Social, de acuerdo con los datos facilitados en un comunicado.

El perfil del colectivo atendido responde cada vez más a valencianos y a familias jóvenes, con todos sus miembros en paro o cuyo único ingreso proviene de los distintos trabajos domésticos que pueda realizar la mujer y que permanecen cada vez más tiempo en todos los servicios de la Asociación.

Este perfil, que empezó a gestarse a finales de 2009, se ha "cronificado" durante 2011, año en el que el 40 por ciento de los usuarios han sido españoles y se ha alcanzado una media de 40 familias asistidas al mes. Así, desde que comenzó la crisis económica en 2008, las atenciones a españoles en el Comedor Social han aumentado un 109 por ciento mientras que, en el caso de los valencianos, el aumento ha sido "más significativo" al triplicarse durante estos tres últimos ejercicios.

Del mismo modo, el perfil de inmigrantes en riesgo de exclusión social también ha cambiado como consecuencia de la crisis. Mientras que hace unos años el prototipo habitual de atención a extranjeros era el de recién llegados que acudían a la Asociación hasta lograr regular su situación, actualmente se presta ayuda a inmigrantes que llevan muchos años viviendo en el país de forma estable y que, a raíz de perder su trabajo, han pasado a formar parte de la creciente tendencia de usuarios normalizados que hacen uso todos los servicios.

A pesar de esa tendencia, y del descenso de extranjeros por el efecto del Plan Retorno, el sector de población inmigrante sigue acudiendo a los servicios de Casa Caridad. Las nacionalidades que más destacan son Rumania, Bulgaria y Marruecos. En conjunto, se trata de usuarios provenientes de 70 nacionalidades diferentes y de todas las provincias españolas, principalmente Valencia, Madrid y Barcelona.

AGOTADO LAS PRESTACIONES

Por otra parte, destaca la cronificación de las familias jóvenes, formadas por padres de entre 19 y 25 años y uno o dos hijos pequeños, y en la que ninguno de sus miembros tiene trabajo. Según Luis Miralles, vicepresidente de Asuntos Sociales de Casa Caridad, "se trata de hogares en los que todos sus integrantes se encuentran en situación de paro de larga duración y que han agotado las prestaciones y las ayudas que les correspondían. En Casa Caridad encuentran su única vía para salir adelante".

Junto a este perfil, convive el de las familias cuyo único ingreso es el de las mujeres. Según ha observado el departamento de Trabajo Social de la Asociación, en este sector de los núcleos familiares que acuden a la institución, las mujeres pueden aportar un sueldo gracias a trabajos en labores domésticas o al cuidado de niños, personas mayores o enfermos, mientras que los hombres aportarían el subsidio, en caso de cobrarlo.

ATENCIONES A MENORES

Una de las consecuencias de la cronificación de las atenciones a familias es el aumento de menores asistidos en Casa Caridad, que suman una media de 136 niños al mes. En este sentido, destaca el repunte de menores en el Comedor Social de la institución los días festivos y fines de semana, ya que según se ha constatado en el 'VI Informe de la Pobreza en Valencia', se trata de niños que no cuentan con familiares que puedan hacerse cargo de ellos mientras sus padres acuden a Casa Caridad.

Por otra parte, el 56 por ciento de las atenciones a menores en la institución valenciana corresponden a los niños, de entre uno y tres años pertenecientes a familias en riesgo o situación de exclusión social, que acuden diariamente a las Escuelas Infantiles de la Asociación en Valencia y Torrent. Desde ambos centros se realiza un trabajo personalizado con las familias de los alumnos.

"El programa Escuela-Familia está pensado y dirigido a los padres. A través de talleres y charlas, los trabajadores sociales les enseñan a crear una ambiente estable en el hogar y así poder normalizar, todo lo posible, la situación familiar de los más pequeños", ha destacado Luis Miralles. De este modo, el programa Escuela-Familia ha atenido a 159 personas en 2011.