El nuevo centro cultural La Rambleta, situado en el Bulevar Sur, en pleno barrio de San Marcelino, se presentó ayer al público como el gran revulsivo social del sur de Valencia y con la incertidumbre de su viabilidad económica, muy condicionada por los 2,2 millones de euros que debe abonar el Ayuntamiento todos los años a la empresa privada que se ha encargado de su construcción y, en el futuro, de su gestión.

De descubrir la placa se encargó la alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, que acompañada de gran parte de la corporación, visitó las salas de exposiciones, aulas, biblioteca, espacio para café-teatro, restaurante y el gran auditorio con capacidad para 700 personas, donde la Unió Musical de l'Horta, que tendrá su sede en este edificio, interpretó un par de piezas de bienvenida. Se trata de un edificio sobrio, funcional, de diseño y decoración muy interesantes, obra de los arquitectos Carmel Gradolí y Arturo Sanz.

Con este complejo, explicó Rita Barberá, se completa la infraestructura cultural de Valencia, que ya cuenta con el Palau de la Música y el de les Arts en la zona centro; con el Teatro Musical en el norte y ahora con La Rambleta en el sur, donde este espacio será "dinamizador importantísimo de la vida cultural", añadió.

Colaboración público-privada

La alcaldesa también explicó que el proyecto ha sido fruto de la colaboración público-privada. La empresa Bulevar del Arte y la Cultura ha invertido 16 millones de euros en su construcción y a partir del 2 de marzo lo hará también de su gestión. A cambio, el Ayuntamiento de Valencia abonará durante los próximos veinte años un canon anual de 2,2 millones de euros, 1,6 para la programación y 600.000 para amortizar la inversión de la obra.

Éste es precisamente el punto débil del proyecto. Ideado y contratado en tiempos de vacas gordas, el pago del canon debe iniciarse en tiempo de vacas flacas, con planes de austeridad que ya se han llevado por delante referentes culturales como la Mostra de Cinema del Mediterrani o el festival VEO.

De hecho, el teatro El Musical ha visto reducida su subvención de 870.000 a 460.000 euros en siete años y recientemente denunció una deuda de 500.000 euros que estaba ahogando a sus gestores.

En el caso de la Rambleta, el canon es casi cinco veces mayor y de ahí las dudas sobre la aportación municipal, dudas que no disipó ayer Rita Barberá al evitar cualquier pronunciamiento sobre este asunto.

Viabilidad del proyecto

Quien sí se pronunció fue el portavoz del Grupo Municipal Socialista, Joan Calabuig, quien después de elogiar el proyecto y su impacto en el barrio, deseó "mucha suerte a las empresas concesionarias a la hora de cobrar los 2,5 millones" del canon. "Hemos visto enormes dificultades para el cobro en otras empresas y parece muy voluntarista poner esta cantidad", dijo Calabuig, quien mostró su preocupación por la viabilidad del proyecto a medio y largo plazo.

San Marcelino

habla de "un sueño hecho realidad"

Aunque ha llegado dos décadas después de las primeras reivindicaciones y se ha construido bajo gestión privada, la Asociación de Vecinos de San marcelino habló ayer del centro cultural La Rambleta como "un sueño hecho realidad". Según dicen, el centro inaugurado por Rita Barberá "redundará en la calidad de vida del barrio, paliará la falta de equipamientos culturales del distrito de Jesús-Patraix y mejorará la oferta cultural de la ciudad". Ahora lo que esperan es que "el porcentaje de uso de reserva municipal se observe escrupulosamente, que la programación responda a los intereses de la mayoría de los vecinos y que los precios de sus actividades permitan su uso a las clases populares". Recuerda la asociación que en este edificio tienen su sede diversas entidades locales y que el proyecto ha salido adelante en gran parte por el trabajo de los vecinos y la Unió Musical de l'Horta, que ayer ya tuvieron un papel relevante.