Hasta diez concejales y una consellera —Lola Johnson— acudieron ayer a la lectura del pregón de la Semana Santa Marinera, que corrió a cargo del edil de Fiestas y Cultura Popular, Francisco Lledó, en un acto que coincidió con la lectura del pregón de las fiestas en honor a San Vicente Ferrer. El concejal alabó la Semana Santa Marinera, «que he vivido —dijo— desde pequeño», y pidió a las cofradías que nadie «que quiera y sienta la Semana Santa Marinera» quede excluido de ella.

«Esta Semana Santa convierte los Poblados Marítimos de Valencia en una gran casa abierta al mundo, en una casa amplia y luminosa que se enseña con orgullo al visitante, para que la sienta cercana, amiga, entrañable, sorprendente y hasta espectacular», insistió Lledó, que comentó que la Semana Santa Marinera ha de convertirse en una casa «donde encontrar también alivio y consuelo en los tiempos duros que nos toca vivir, donde habite la esperanza de la resurrección que anida en el corazón de los cristianos». Además, tuvo un recuerdo para la crisis: «Tenemos que tener esperanza en que pronto superaremos las dificultades que atenazan a nuestra sociedad y nuestras aflicciones tendrán consuelo».

Ante una Iglesia de Nuestra Señora de los Ángeles abarrotada, y con el Arzobispo de Valencia, Carlos Osoro, presidiendo el acto, Lledó rememoró su tiempo en los barrios marítimos, donde nació, y alabó la Semana Santa, que ha sabido mantener la luz y la emotividad. «Los valencianos de los Poblados Marítimos podemos sentirnos orgullosos de haber mantenido un valioso legado que nos hace distintos y nos permite reconocernos en una tradición cristiana que forma parte de nuestras vidas y constituye un intangible patrimonio cultural, un bien del mayor y más declarado interés que estamos dispuestos a compartir con generosidad, como siempre hemos hecho», destacó.

Asimismo, Lledó alabó el nacimiento de nuevas hermandades y cofradías, lo que en su opinión es «el mejor indicativo» de la solidez de la fiesta, sí como «de su excelente estado de salud, del enorme afán y la plena coincidencia de voluntades renovadas, año tras año, para seguir manteniéndola, mejorándola, haciéndola crecer como reflejo y catalizador de la vitalidad, el espíritu y la cultura de los vecinos del Grao, de El Cabanyal y el Canyamelar».

Al acto acudieron, además del arzobispo y de Johnson, el vicealcalde Alfonso Grau y los concejales Félix Crespo, Cristóbal Grau y Maria Àngels Ramón-Llin, del PP; Isabel Dolz, Pilar Calabuig, Joan Calabuig y Salvador Broseta, del PSPV; y Amadeu Sanchis, de EUPV, así como la presidenta de la Junta Mayor residenta de la JM de la Semana Santa Marinera de Valencia, Begoña Sorolla. Tras la lectura del pregón, actuó la coral Veus Grans. El arzobispo cerró el acto antes de que el Cristo del Amparo saliera en procesión.

Entrega de premios

Enmarcados en los actos de bienvenida de la Semana Santa Marinera, la Hermandad del Santísimo Cristo del Perdón del Cabañal acogió el jueves el «Sopar de la Creu Marinera» donde se entregaron los premios de la asociación cultural Encuentro y Opinión Semanasantera. El fotógrafo valenciano Manuel Guallart se llevó el «Jovipi d’Argent», que homenajea a personas o entidades, que sin ser formar parte de la fiesta, aportan su granito de arena para la difusión de la Semana Santa marinera, según informó la entidad.

A la misma hora, a algunos kilómetros de distancia y sin ninguna presencia del gobierno municipal, los vicentinos también celebraban su pregón en la iglesia de los Santos Juanes. Un acto ideado en 1996 por el Altar del Mercat que ha sido asimilado por la Junta Central Vicentina como inicio de los festejos, que ahora se trasladan al 10 de abril con el inicio del concurso de miracles. Fuentes del gobierno vicentino aseguraban que asumían la ausencia de Lledó, aunque incluso desde el ayuntamiento habían llegado a asegurar que detectaban cierto malestar. De cualquier modo, cambiar la fecha y hora era imposible.

El pregón corrió a cargo del profesor José Francisco Ballester-Olmos. Su discurso estuvo salpicado por mensajes de tipo ideológico, como cuando, al referirse al carácter familiar de San Vicente se refirió al matrimonio y las «burdas parodias del mismo que van en contra de la naturaleza» o cuando se refirió a los actuales tiempos de «laicismo, que desprecian a la religión y niegan sus valores, además de marginarla de los colegios» a pesar de lo cual «Valencia se sigue emocionando con la subida de las imágenes al altar en cualquier calle de la ciudad».

Bien de Interés Cultural

Ballester-Olmos, «lloctinent» de los Caballeros Jurados de San Vicente Ferrer, anunció que se ha redactado, en colaboración con la Universitat Politècnica, un informe facultativo en aras de la declaración de Bien del Patrimonio Inmaterial de la Comunitat Valenciana a los «miracles», toda una declaración de intenciones ante las instituciones para su incorporación como bien de Interés Cultural «lo que preservaría su naturaleza y la genuidad de su lengua, para evitar distorsiones e importaciones». Se basan, para ello, en su vinculación al teatro medieval e incluso al teatro de autómatas y de marionetas, hasta que se incorporaron como actores los niños, costumbre que pervive hasta ahora. También se ha descubierto la primera reseña periodística, que data del Diario de Valencia de 1792.