La declaración en ruina del Molí Nou, en la huerta de Campanar, es el último golpe que sufre el Camí del Pouet, una senda que discurre entre los campos y que era, según el arquitecto Miguel del Rey, "un recorrido por la historia de la arquitectura rural valenciana". Esa denominación difícilmente se puede asignar a un camino en cuyas veredas se alzaban varias importantes alquerías que poco a poco desaparecen. La más amenazada es el Molí Nou, que el consistorio ha declarado en estado de ruina inminente pese a contar con nivel 2 de protección especial.

En la declaración del estado de la alquería, cuyo cuerpo principal data del siglo XIX -aunque sus orígenes se encuentran en el siglo XV-, se considera que la edificación "ha rebasado el umbral de la seguridad, presentando un peligro real". El molino, que fue en su día fábrica de pieles y almacén de curtidos con nave industrial incluida, está abandonado. El documento destaca la presencia de una chimenea de ladrillo, de principios del siglo XX. La lista de deficiencias del edificio es larga. El consistorio señala que diferentes partes del edificio "han caído en su totalidad, encontrándose el escombro acumulado sobre el terreno, sobre todo el cuerpo situado en la zona sur, donde exclusivamente queda en pie parcialmente la fábrica de ladrillo macizo en tres fachadas". Además, la nave industrial, con cubierta de fibrocemento, presenta "hundimiento parcial" del techo, por lo que hay riesgo de que la cubierta que se encuentra en buenas condiciones caiga al suelo. El mismo problema hay en la zona norte del molino.En el recinto hay depósitos, bidones, restos de material de curtidos y restos de placas de fibrocemento dispersos por la parcela que deben ser "retirados para su tratamiento posterior". Finalmente, es necesario "realizar labores de mantenimiento en la fachada, que presenta pérdida de revestimientos, así como grietas y carpintería en mal estado".

De suelo rural a suelo urbano

El Molí Nou es la última alquería afectada por el abandono de los propietarios privados del inmueble, a los que el ayuntamiento ha exigido, por medio del edicto de declaración de ruina, labores en el edificio para evitar su derrumbe. Es una de las pocas alquerías que quedan en la zona, que ha pasado de ser suelo rural a ser suelo urbano, tal como explica del Rey. La más importantes es la Alquería del Rey. Se encuentra en las proximidades del Parque de Cabecera. "Es de las pocas casas de planta basilical de la Comunitat Valenciana, donde hay tres o cuatro", explica del Rey, que asegura que estas edificaciones "son el germen de pueblos pequeños como Campanar o Benimaclet". La Alquería del Rey es del siglo XV y el especialista en arquitectura rural hace hincapié en que si se pierde, tanto esta como otras importantes que hay en la zona, "se pierde un eslabón de la historia".

El viaje en el tiempo que permitía realizar un paseo por el Camí del Pouet, sin embargo, ha desaparecido. "Lo interesante era que se trataba de un camino que se había gestado hasta el siglo XIX y que tenía todas las tipologías de arquitectura rural", asegura del Rey: "Era como construir la historia de la arquitectura rural, desdel siglo XII al XX". Poco queda de eso. Parte de la Alquería de Puchades, por ejemplo, "ha desaparecido, y otra parte ha sido rehabilitada". Este edificio "mantenía crujias desiguales". Otros edificios que, sin embargo, han sobrevivido al paso del tiempo como el Molí del Sol, junto al Bioparc, y que ahora es retén de la Policía Local de Campanar; la Alquería de Ricós, que tiene fines educativos, o la Alquería de Puchades, actualmente restaurada, tal como explica del Rey.

La mayoría de las casas de esta zona son privadas. "Son salvables y espero que se recuperen", indica Del Rey, que se muestra convencido de que "si se hubiera dejado en esa parte de Valencia las zonas verdes se habrían quedado las alquerías". Algunas ya no podrán ser recuperadas, como la de Nel·lo Xurro, que fue derribada hace poco más de un mes, pero en otras "aún hay tiempo".

Piden más protección para las alquerías del sur de Valencia

Miguel del Rey asegura que el norte de Valencia goza de mayor protección, al menos en lo que se refiere a las alquerías, que la zona sur. Según el especialista y fundador del grupo Paisar de la Universitat Politècnica de València, esto es debido a que en la zona norte de la huerta "queda una porción agraria bastante importante". "En el sur hay demasiadas instalaciones industriales", indica Del Rey. La confluencia del puerto, Mercavalencia y varios polígonos ha provocado que se reduzca drásticamente el número de hectáreas de suelo agrario.

Según Del Rey, la existencia del río en el sur, "con su anchura", rompió el sistema agrario. "Eso no ocurrió en el norte", destaca el arquitecto. La existencia del Plan Sur "ha provocado que apareciera la V-30 y la colocación de grandes paquetes de instalaciones metropolitanas, "lo cual es comprensible", que sin embargo ha ido en detrimento del estado de conservación de las alquerías del sur de la ciudad de Valencia.