La procesión de Sant Vicent Ferrer, patrón de la Comunitat Valenciana, estaba prevista como marca la tradición para el segundo lunes de Pascua a las 19 horas, aunque el comienzo del desfile se hizo esperar unos quince minuto aproximadamente. Multitud de devotos valencianos y una gran cantidad de turistas que acudieron ayer por la tarde al encuentro con el santo valenciano rodeaban la Catedral de Valencia.

Los distintos altares vicentinos fueron saliendo uno tras otro, estandarte en mano, al ritmo de los tambores y la dolçaina bajo la atenta mirada de los asistentes, que observaban con fascinación el desfile. La gente extranjera y los más pequeños -a hombros de sus padres- contemplaban atónitos la procesión y el tradicional juego de armas de los militares que realizan un pasillo en la Puerta de los Hierros para rendir homenaje al santo.

La novedad en la procesión de Sant Vicent Ferrer vino de la mano de la Fallera Mayor de este año, Sandra Muñoz. Por primera vez una de las máximas representantes de la fiesta josefina desfiló vestida de clavariesa, con una elaborada mantilla negra, junto al resto de altares vicentinos.

A las 19.45 horas, momento en que los asistentes empezaron a caminar en dirección hacia la calle de la Paz, comenzaron a sonar las campanas. En ese mismo instante, el arzobispo de Valencia Carlos Osoro cerró el desfile en la conocida Puerta de los Hierros con la imagen de Sant Vicent Ferrer tras él.

El gentío comenzaba en la plaza de la Virgen, adentrándose después en la calle Bordadores, la plaza de la Reina, parte de la calle San Vicente y la calle de la Paz hasta llegar a Capitanía General, antiguo convento dominico donde residió San Vicente Ferrer y donde la procesión dio término para regresar de nuevo a la Catedral de Valencia.