En la era de la cristianización de la ciudad de Valencia (siglos XIII y XIV) los aprendices del oficio de alfarero exponían sus cacharros en la calle —en el denominado mercado de la «escuraeta»— para demostrar su habilidad y conseguir, de este modo, formar parte del gremio. Montaban sus puestos a los pies de la Catedral de Valencia, lugar que, hoy en día, sigue ocupando este mercadillo ambulante, en aras de mantener una de las tradiciones más antiguas de la ciudad. Sin embargo, el zoco tiene un tiempo determinado que va desde la festividad de la Mare de Déu dels Desemparats (que se celebra este domingo) hasta la festividad del Corpus Christi que, este año, se conmemorará en Valencia del 7 al 10 de junio.

Sin embargo, este año, los comerciantes del mercado de la «escuraeta» han dado la voz de alarma, a falta de una semana de que se monten las paradas. Y es que falta espacio. Las obras de la capilla de San Pedro de la catedral de Valencia implican la supresión de cinco puestos, los más antiguos, los que cuentan con una ubicación privilegiada a los pies de la catedral y que este año no podrán montar sus paradas.

El problema reside en los dos contenedores de obra —ubicados junto a la catedral y rodeados por una valla metálica— para uso de los trabajadores y para almacenar restos y escombros. Sin embargo ocupan varios metros de la vía pública donde se instalarán los puestos. Si las mismas paradas «de siempre» ocupan este tramo, los viandantes no podrán pasar. No hay vuelta de hoja. Los afectados pensaban que las vallas se retirarían durante este mes, pero aseguran que no existe previsión alguna de reajustar el espacio.

Desde el arzobispado aseguraron que es el Ayuntamiento de Valencia quien tramita las licencias y los permisos, por lo que aseguraron que desconocían los problemas que ha generado la obra que se está realizando en la catedral. Los afectados esperan una solución porque «llevamos todo el año a que lleguen estas fechas y no nos podemos quedar sin montar».