?Ocurrió en 1962 para conmemorar que Getafe, por fin, tenía agua corriente. La idea surgió de uno de los ilustres de la época en el municipio, que era pastelero y que, además, ocupaba un escaño en el Gobierno local. Por supuesto, era valenciano, y por ese mismo motivo sugirió plantar una falla en la plaza donde se celebran las fiestas para conmemorar la llegada de agua potable a la localidad. Así comenzó una tradición que este año cumple 50 años y que, desde hace 15, cuenta con un artista contratado para tal fin: Antonio Sánchez.

En su taller de la Ciudad Fallera, Sánchez trabaja a contrarreloj. La falla de Getafe se planta la próxima semana y hay que tenerlo todo preparado. Y por supuesto, una vez concluidas las fiestas locales, se quema. Eso sí, tras indultar el pertinente "ninot". Las fallas traspasan así fronteras en una localidad que lleva medio centenario compartiendo la ilusión de ver "la plantà" de su monumento y la emoción contenida de la "cremà" inevitable de este arte efímero.

Desde hace 15 años, el Ayuntamiento de Getafe contrata a Antonio Sánchez para que realice un monumento para las fiestas. El consistorio madrileño sugiere una idea, y él le da forma. Este año el lema estaba más que claro: el Canal de Isabel II que es, ni más ni menos, que el origen de la conducción de agua hasta Getafe. De esta forma, el ayuntamiento mata dos pájaros de un tiro. Por una parte, conmemora el motivo por el que surgió la primera falla, y en segundo lugar, le rinde un homenaje a la misma. Dicho y hecho. Antonio Sánchez lleva desde el mes de abril dándole forma a un monumento de 11 metros de altura con dos remates: la reina Isabel II y la fuente más característica de Getafe. Además, las escenas incluyen personajes relevantes de la localidad (como el alcalde) y temas de actualidad (como la restauración del órgano de la Catedral). Y es que la de Getafe es una falla hecha a medida.

Por ello, en el ayuntamiento de esta localidad madrileña están encantados con el trabajo de Antonio Sánchez que, entre risas, explica que "dejé de hacer fallas en Valencia para hacerlas en Madrid". Sin embargo, este artista fallero no para. Eso sí, entre las carrozas y las cabalgatas hace un hueco para una localidad que siempre le espera con los brazos abiertos. "En Getafe conocen las Fallas. Vienen de visita y siempre saben lo que quieren. Yo me ocupo de transportar el monumento, plantarlo y controlar la 'cremà'", explica el artista fallero. Y es que, antes de su llegada al Ayuntamiento de Getafe, eran los propios vecinos los que realizaban el monumento. "En un momento determinado optamos por contratar a un profesional, y la verdad es que estamos encantados", afirman desde el consistorio madrileño.