La edición de un libro para las fiestas patronales del barrio de Benimaclet se ha convertido en un auténtico estudio historiográfico del otrora pueblo valenciano. La Universitat Politécnica de Valencia ha editado una obra impulsada por la Cofradía del Santísimo Cristo de la Providencia de Benimaclet y sus Santos Patronos Abdón y Senén en la que aborda la historia social y religiosa de Benimaclet, donde destacan los estudios sobre la ermita de Vera, en plena huerta, y sobre la vida en esta zona de la ciudad en la época Moderna y Contemporánea.

El libro incluye gran cantidad de mapas y estadísticas que dan una imagen de lo que fue aquel municipio absorbido posteriormente por la gran ciudad. Dentro de los capítulos escritos por el profesor de la Universitat de València Francisco Arenas Dolz se incluyen datos de cómo afectó la epidemia de cólera de 1860 en Benimaclet. Hasta 13 personas perecieron por esta enfermedad en menos de un mes.

Interesante es también la parte que explica la tradición agricultora del pueblo durante toda su historia que se vio potenciada en el siglo XIX.

El profesor de la UV relata cómo Benimaclet pasó de tener un 37 % de la población dedicada a la agricultura en 1837 a rozar el 70 % en 1877. Según explica Arenas Dolz, esta parte de la población conseguía sobrevivir en las épocas en que se necesitaba mano de obra pero vivía en situación de mendicidad el resto del año. Sólo el 4 % de los habitantes de Benimaclet poseía tierras en propiedad.

El libro también revela que en Benimaclet existía una cárcel en el siglo XIX, concretamente en la Casa Abadía. Los vecinos del municipio eran los que costeaban la alimentación de los presos que se encerraban en sus calabozos.

Otro de los puntos que aborda el profesor es la incorporación de Benimaclet a la ciudad, que se produjo el 11 de julio de 1871. La medida se tomó por necesidad, ya que la crisis agrícola hacía inviable la estructura municipal, según el profesor Arenas-Dolz.

Artículos del rector de la Universitat Politécnica, Juan Juliá, de los clavarios y de diversos religiosos rematan esta obra de cabecera para cualquier habitante del barrio.