La construcción del aparcamiento municipal de Ruaya ha quedado definitivamente descartada tras la renuncia de Lubasa a ejecutar la obra, paralizada desde 2008 por la aparición de lo que en su día se anunció como unos trascendentales restos arqueológicos.

El consejo de administración de Aumsa, convocado al término de la comisión municipal de Urbanismo, aceptó ayer la renuncia de la adjudicataria aunque le exige la reposición de la parcela al estado anterior a la intervención, según explicó el concejal de Circulación Alfonso Novo. La empresa destinará 100.000 euros a colmatar y allanar el solar, ubicado entre las calles Bilbao y Sagunto. La ejecución de la zona verde prevista en superficie del aparcamiento ha quedado en el aire.

El de Ruaya no es el único aparcamiento con problemas de Lubasa. La empresa, que gestiona numerosos aparcamientos en toda la ciudad, solicitó la semana pasada al gobierno local medidas compensatorias, como la eliminación del canon, para hacer frente a las pérdidas sufridas en el aparcamiento que gestiona en Campanar como consecuencia del cierre del hospital la Fe y su traslado a Malilla.

La mediática excavación arqueológica previa a las obras del aparcamiento de Ruaya donde Rita Barberá situó los «vestigios de vida más antiguos de la ciudad» quedó en agua de borrajas. Movido por el entusiasmo que manifestó la alcaldesa en un yacimiento que, según se dijo, apuntaba a un origen íbero y no romano de Valencia, el ayuntamiento gastó casi un millón de euros en la excavación. Lubasa se negó a asumir o compartir costes.

Los hallazgos —fragmentos de cerámica, herramientas, restos de animales y, como único resto de edificabión, una balsa de agua— sólo permitieron asegurar en 2009 que allí hubo una especie de vertedero vinculado a un asentamiento rural tardoibérico.

El portavoz de EU, Amadeu Sanchis, anunció ayer, al término del consejo de Aumsa, que se reunirá con los vecinos, que llevaban tiempo quejándose por la insalubridad y abandono del solar, para ver qué destino quieren que se dé al futuro descampado.

Sanchís lamentó la obra frustrada de este aparcamiento y recordó que su grupo ya se opuso a la política de aparcamientos públicos por entender que «sólo favorecía negocios privados».

El PSPV, por su parte, aseguró que el desistimiento de Lubasa a la obra evidencia el «rotundo fracaso» en la política de aparcamientos municipales. El concejal socialista Vicente Sarrià reclamó ayer que se repercuta a Lubasa los cerca de 10.000 euros que el Ayuntamiento ha destinado para para acondicionar y limpiar el socavón debido a las quejas vecinales.

Ni una plaza vendida

El concejal de Circulación, Alfonso Novo, justificó ayer la renuncia de Lubasa al aparcamiento porque dijo «no puede hacer frente al proyecto porque desde que está abierto el plazo de precomercialización no ha habido ninguna reserva de plazas». En el aparcamiento de Ruaya había previstas 431 plazas y una inversión de 4,5 millones de euros. Sobre los restos arqueológicos hallados, Novo informó de que están en el depósito municipal arqueológico bajo la supervisión de la Dirección General de Patrimonio.

La reina de los garajes públicos

El de la calle Ruaya formaba parte de un paquete de siete aparcamientos públicos adjudicados a Lubasa en 2005 en Pintor Navarro Llorens, la plaza Vicente Zaragozá, Tres Forques, Chile, Diputado Ramón Samper y Jerónimo Muñoz. El PSPV calculó que la venta de las 2.977 plazas previstas entre los siete garajes reportaría a Lubasa unos beneficios de 34,7 millones de euros. El de Ruaya es el único que no se ha ejecutado.

Lubasa gestiona al menos diez aparcamientos municipales en Valencia. La crisis o la baja expectativa de negocio le han hecho desistir de otros dos en la calle Hermanos Rivas en el Hospital Arnau de Vilanova.