Manuel Llorente va encajando las últimas piezas en su estrategia de "vender" el proyecto del nuevo Mestalla como un factor de desarrollo colectivo, que trascienda a los intereses privados del Valencia CF. Ese es el mensaje que trata de exportar el club a la hora de fortalecer su plan de actuación ante los nuevos interlocutores de Bankia. Por ese motivo, hace meses Llorente emprendió una ronda de contactos con las distintas formaciones políticas valencianas para explicar toda la operación financiera. Después llegarían los vecinos, más tarde la Fundación, y ayer le llegó el turno a un grupo de grandes accionistas y nombres históricos de la entidad, como Jaume Ortí, Vicente Silla, Jaume Part, Vicente Andreu Fajardo, José López Lluch, o el socio número 1, Jose Benet, entre otros. Llorente, además, acudió acompañado por José Granell, consejero delegado de Newcoval, empresa participada por Bancaja Habitat y Aedifica Grupo.

Granell, como ya hiciera en su anterior reunión con los patronos de la Fundación, explicó las reformas y modificaciones que se harán en el nuevo estadio y trató de aportar tranquilidad en lo que al capítulo financiero se refiere. No fueron pocas las voces que ayer mostraron su escepticismo por la delicada situación que atraviesa Bankia, sobre la que reside todo el equilibrio de la operación.

Según Llorente, la firma Newcoval y la UTE rubricarán en breve -aunque no se especificó cuándo- el contrato que dará el pistoletazo de salida a las obras del nuevo coliseo valencianista. Llorente sigue firme en su discurso de que las máquinas volverán entre septiembre y octubre al recinto de Corts Valencianes, cuya construcción lleva paralizada desde febrero de 2009. Desde que en diciembre de 2011 se anunciara el acuerdo en el protocolo de intenciones urbanísticas con Bankia, Llorente viene defendiendo que el futuro reinicio de las obras tendría un añadido valor simbólico como contrapunto a la crisis económica que azota a España: "Es un objetivo importante tanto para el club como para la ciudad. Es importante que el estadio se inicie, que haya noticias positivas en estos tiempos económicos difíciles para Valencia y la Comunitat Valenciana. Es clave que se reactive un sector como la construcción, que se vuelvan a ver grúas y camiones trabajando", ha reiterado en más de una ocasión, tanto en público como en privado.

En la reunión de ayer, en la sede del club, Llorente explicó a ilustres valencianistas como el expresidente Jaume Ortí, cómo quedará el nuevo estadio, con una recreación virtual. La cubierta, según algunos asistentes, tendrá formas sinuosas. Como se recordará, el recubrimiento inicial de acero, se abarató pasando a ser de vidrio azulado. Granell trató de tranquilizar a los accionistas asegurando que el recinto perdería, como anticipó Llorente, parte de su "pomposidad" y lujo, pero en ningún momento adolecerá de la grandiosidad monumental con la que nació el proyecto y por el que se continúa defendiendo su ejecución, además del factor económico. Sería, afirmaron, una obra emblemática de Valencia hacia el exterior. El club está sopesando la posibilidad de presentar, en unos días, la nueva maqueta.