La junta de gobierno local del Ayuntamiento de Valencia aprobó el pasado viernes, 27 de julio, obras de urgencia por importe de 303.000 euros para la consolidación de la torre del Monasterio de San Vicente la Roqueta. El ayuntamiento y la Generalitat llevan dos años tramitando el proyecto para las obras de consolidación del conjunto histórico, propiedad municipal desde 1986. Hace siete meses, en mitad de la tramitación del citado proyecto, los técnicos dieran la voz de alarma sobre el «riesgo de derrumbe» del campanario que, según revelan los testigos y la medición láser, ha perdido «verticalidad» y empieza a inclinarse cual torre de Pisa.

Las alertas sobre el mal estado del edificio no son nuevas, sin embargo, la restauración no llega pese a las promesas. Rita Barberá anunció en 2007 que rehabilitaría el inmueble, sin embargo, no fue hasta junio de 2010 cuando aprobó el programa de actuación y consolidación para San Vicente de la Roqueta.

Esta intervención se presupuestó en 2,8 millones de euros y se fio a los fondos del plan Confianza. Prevé una primera fase de apuntalamiento y una segunda de estudios previos a la rehabilitación en sí del conjunto vicen-tino. La lenta tramitación del expediente administrativo plagado de idas y venidas entre servicios municipales y de las conselleries de Cultura y Economía está pasando factura al edificio.

El tejado del monasterio colapsó hace meses y ahora la torre campanario podría correr el mismo destino ante la lentitud en la tramitación de los proyectos.

Las asociaciones de vicentinos exigen desde hace tiempo un convenio en condiciones para rehabilitar la Roqueta antes de que sea demasiado tarde para este icónico edificio de la calle San Vicente. El monasterio fue construido en el siglo XIII sobre una primitiva iglesia levantada junto a la antigua Vía Augusta en el lugar donde se cree que recibió martirio San Vicente en el siglo IV. El monasterio es un símbolo para las asociaciones vicentinas que se oponen a los usos civiles (Museo Sorolla, Universidad de la Experiencia, Academia de la Lengua, etc) que ha barajado el ayuntamiento.

«No se garantiza su estabilidad»

Los técnicos de la empresa municipal Aumsa que elaboran los estudios previos al proyecto de restauración del monasterio dieron en diciembre de 2011 la voz de alerta advirtiendo de que la torre presentaba preocupantes grietas, así como «desviación de la verticalidad». La conclusión era categórica: «no se puede garantizar la estabilidad de la torre».

Aunque aconsejaban que las obras se aprobasen con «la mayor premura» los trámites administrativos y la burocracia han impedido ejecutar hasta ahora la intervención urgente.

La junta de gobierno acordó el pasado viernes destinar 303.000 euros para esta intervención que consiste en «confinar» la base de la torre mediante una estructura de hormigón armado que permita trasladar las cargas que actualmente soportan los tabiques a otro estrato más profundo y resistente del subsuelo».

Las obras de urgencia, sin embargo, no empezarán de manera inmediata. De hecho, el presupuesto de la intervención se ha calculado teniendo en cuenta que no se emitirán facturas hasta septiembre y que a la obra se aplicará ya el IVA del 21% (53.000 euros).