Los vecinos de las calles los Leones y Actor Pepe Alba explotaron el pasado martes por la noche. Varios de ellos increparon desde los balcones a los que estaban haciendo «botellón» en el parque situado en la confluencia entre ambas vías después de varias llamadas, sin efecto, a la Policía Local. «No podemos más, de verdad», asegura Carmen Vila, secretaria de la Asociación de Vecinos Ayora-Marítim, quien sostiene que la Policía Local únicamente cuenta «con una patrulla, dos agentes» para las noches de verano en todo el Marítimo. Este diario intentó ayer confirmar este dato, aunque no hubo portavoz de la policía disponible.

El parque del barrio de Ayora tiene una cancha deportiva que no se cierra por las noches. Junto a ella discurre un camino peatonal «lo bastante grande como para que aparquen los coches y pongan la música a todo volumen», explica Vila. La cancha y las gradas adyacentes se convierten durante las noches en el epicentro de gritos y ruidos que molestan a los vecinos de toda la zona. Todo explotó el pasado martes por la noche, cuandos los vecinos, hartos de los ruidos que provenían del parque, salieron a las ventanas «y se pusieron a pedir a los que estaban haciendo "botellón" que se fueran de ahí», explica Vila. La discusión subió de tono y se convirtió «en una auténtica bronca». Todo ello ocurrió de madrugada, cuando la gente llevaba desde primera hora de la noche «en el parque bebiendo y haciendo ruido».

Lunas rotas a la mañana siguiente

Finalmente, las quejas de los vecinos surtieron su efecto y la gente abandonó el jardín «a eso de las cuatro de la madrugada», dijo Vila. La sorpresa llegó al día siguiente, cuando varios vecinos encontraron lunas rotas en los vehículos aparcados en las inmediaciones del jardín. Según Carmen Vila, algunos testigos aseguran que vieron a «los más pequeños del grupo que estaba en el parque, prácticamente niños», atacar los coches estacionados. Durante todo el intercambio de insultos y acusaciones entre los que hacían «botellón» y los vecinos, la policía no se acercó por el jardín, tal como asegura la portavoz vecinal.

En la noche del miércoles al jueves, la situación se había calmado. «Estuvieron hasta las doce de la noche, pero luego se fueron», comenta Vila: «Se ve que ya habían armado bastante barullo el día anterior y prefirieron recogerse pronto».