La "clòtxina", uno de los moluscos valencianos más apreciados,también acusa la crisis. La demanda de uno de los productos estrella de bares y restaurantes en verano ha bajado obligando a los "clotxiners" del puerto de Valencia a ampliar horizontes y buscar más clientes en restaurantes y mercados para poder vender toda la producción de la temporada, unas 350 toneladas.

En la "recta final" de la temporada, que dura tres meses y medio, el presidente de la Agrupación de "Clotxiners" de Valencia, Juan Aragonés, considera que ha ido "bien" pero la venta se ha ido resolviendo "poco a poco".

"Todo está apretado, la restauración está sufriendo la crisis y muchos restaurantes han cerrado y eso se refleja en el volumen de compra del producto", explicó.

Aunque la producción se mantiene entre las 300 y las 350 toneladas, se coloca en más unidades de venta porque los restaurantes que antes "se quedaban cuatro o cinco sacos para el fin de semana, ahora se quedan dos".

Hay que buscar alternativas, puntualizó Aragonés, quien lamenta las limitaciones de venta y los riesgos de un negocio con una franja de ingresos corta, ya que la temporada se desarrolla de mayo a agosto.

Los productores de clóchina "tienen que buscar en más campos, más alternativas", lo que se traduce en un mayor número de restaurantes clientes y de puestos de venta de Mercavalencia.

Un problema añadido es el cobro de la mercancía que "se dilata más" aunque se mantiene el mismo precio que hace siete u ocho años, con un valor de mercado de 1,5 millones de euros -a cinco euros el kilo-. El precio, explica Aragón lleva varios años sin moverse.

En el puerto de Valencia hay ubicadas 22 unidades de producción o bateas dedicadas al cultivo de la "clòtxina", que cuenta con la marca de calidad CV y cuya comercialización está destinada al comercio mayorista y minorista.

"La calidad es muy buena y somos competitivos", según Aragonés, en un sector que sigue aplicando los procesos tradicionales.

La "clòtxina" cultivada en Valencia se diferencia del mejillón por su menor tamaño, una tonalidad más suave y un sabor más intenso. Además se reproduce una vez al año, mientras que el mejillón lo hace todo el año.