Tras el anuncio del president de la Generalitat Alberto Fabra de trasladar la «cremà» al tercer lunes de marzo, el disgusto de las comisiones se hizo visible. Sin embargo, las aguas se calmaron con la promesa de convocar, en septiembre, una asamblea extraordinaria de presidentes donde se votara un «sí» o «no» que reflejara el «sentir» de los protagonistas de la fiesta. La respuesta se trasladaría al Consell para continuar con un debate que se inició en julio €en la reunión que mantuvo el conseller de Gobernación, Serafín Castellano, y la de Cultura, Lola Johnson, con la directiva de la Junta Central Fallera (JCF)€ y que, en teoría, había servido para sentar las bases de un diálogo que llevara al consenso.

Sin embargo, en la asamblea de presidentes se debatirá €más que un «sí» o un «no»€ qué medidas, exigencias, compensaciones económicas o calendario festivo exigirá el mundo fallero ante un cambio de fecha que es firme y que se hará efectivo en 2014 ya que el Consell tiene claro que trasladar la «cremà» al tercer lunes de marzo será una medida económica positiva para la que, de momento, no hay marcha atrás.

En pleno verano, los anuncios y posibles cambios de la fiesta no hacen sino crispar más los ánimos de un colectivo fallero que se ha sentido «menospreciado». Y es que tras la reunión de julio las comisiones debían reunirse y votar si apoyaban el cambio. Desde las agrupaciones falleras aseguraron ayer que la mayoría de plenos aún no se han realizado, debido al período estival. Sin embargo, las fallas que ya se han pronunciado €entre ellas, las trece comisiones de la agrupación La Seu, Xerea, Mercat€ han dicho un rotundo «no» que, de momento, de poco sirve «porque parece que el Consell lo tiene claro y que el sentir de los falleros le importa poco».

Ahora bien, lo que sí tiene claro el mundo fallero €a excepción de las comisiones de la Sección Especial, que sí apoyan la iniciativa€ es que no piensan quedarse callados. Barajan diferentes medidas de presión, aunque aseguran que «las concretaremos en septiembre porque ahora la gran mayoría de los falleros está de vacaciones».

Agrupaciones como la de Barri del Carme, Mercat de Jesús, Poblats del Sud, Burjassot o Mestalla-Benimaclet, entre otras, criticaron la imposición de una medida «por decreto» en un mundo «tan democrático como el de las Fallas». «No nos han tenido en cuenta y somos nosotros quienes pagamos la fiesta y la protagonizamos. Se trata de un gran evento para la ciudad pero al ayuntamiento no le cuesta ningún coste. Recibimos una ayuda pequeña para lo que cuesta la fiesta. Nos han dado largas diciéndonos que tendrán en cuenta nuestra opinión pero no es cierto. Ya lo tienen todo decidido, y ni han preguntado».

Ahora bien, las posibles medidas que adopte el colectivo en el mes de septiembre deberán contar con el visto bueno del ayuntamiento. Por el momento, tanto la alcaldesa de la ciudad, Rita Barberá, como el concejal de Fiestas, Francisco Lledó €al igual que la mayoría de ediles a los que se les ha preguntado sobre esta medida como el vicealcalde Alfonso Grau o la concejala Maria Àngels Ramón-Llin€ se han mostrado reacios a cambiar de fecha el día de la «cremà».

Los contratos firmados para 2013, a salvo

Ante el anuncio de trasladar la celebración de la «cremà» a lunes los falleros se echaron las manos a la cabeza y alegaron la existencia de contratos firmados para el ejercicio 2013 €como el montaje de carpas, el corte de calles o el traslado y «plantà» de los monumentos€ que ya tenían una fecha fijada. Por ello, el Consell concede un año de margen para poner en marcha una iniciativa que, según anunció el president de la Generalitat Alberto Fabra, tiene como principal argumento el impacto económico de la fiesta, cifrado en 786 millones de euros. En la medida también se incluye que el 9 d?Octubre también se celebre el primer día de la semana.