El Ayuntamiento de Valencia presume en su página web de los 20 kilómetros de playas que tiene la ciudad, en muchas de las cuales ondea la bandera azul. La web municipal cita ocho playas: Cabanyal, Malvarrosa, Pinedo, Arbre del Gos, Saler, Garrofera, Devesa y Perellonet. Sin embargo, se olvida de la de Rafalell i Vistabella, una playa salvaje situada a caballo de los términos de Massalfasar, Valencia y Massamagrell que espera desde hace años un proyecto de regeneración. La playa carece de vigilancia policial, de socorristas, de pasarelas y duchas.

Una de las promesas electorales de Rita Barberá era convertir el enclave municipal de Rafalell i Vistabella en una «playa medioambiental». El equipo de gobierno del PP ha rechazado varias mociones de la oposición para declarar este enclave paraje natural municipal, lo que obligaría al consistorio a asumir, al menos en parte, el coste de acondicionamiento de la playa.

Fuentes de la Concejalía de Playas, que dirige Lourdes Bernal, informaron a este diario de que están en negociaciones con la Demarcación de Costas, dependiente del Ministerio de Medio Ambiente, «que es quien tiene la competencia del dominio público marítimo-terrestre», para que asuma el proyecto ambiental y dote de servicios a la playa de Vistabella.

Los bañistas desafían el riesgo

La de Rafalell i Vistabella es una especie de playa en tierra de nadie donde no rige la Ordenanza de Playas. El acceso está presidido por un cartel del Ayuntamiento de Valencia donde se advierte al usuario de que está en «una playa no vigilada» donde es «peligroso» el baño.

Las advertencias no disuaden a la gente y estos días, la playa de 800 metros lineales cuenta con una importante presencia de bañistas. Muchos de los usuarios desconocen el nombre de la playa y el término al que pertenece. El linde entre los términos municipales, señalizados con carteles, lo marca una acequia de aguas turbias que acentúa la imagen de abandono.

Fuentes municipales explicaron que el enclave se limpia dos días a la semana (martes y domingos) y «dispone de 25 papeleras, aproximadamente». Las señales indican que la playa carece de vigilancia y salvamento por lo que «en caso de que los usuarios que se bañen lo hacen bajo su responsabilidad». «Es la única playa de estas características que está en el término municipal», puntualizan.

En julio de 2011, el ayuntamiento solicitó a Costas «la ejecución de las obras necesarias de acceso y dotación de servicios» en la playa de Rafalell i Vistabella. El 23 de agosto de 2011, el ministerio comunicó que había terminado el estudio, si bien todavía no hay respuesta definitiva. Ante el silencio del ministerio, el pasado mes de febrero el departamento que dirige Lourdes Bernal volvió a reclamar a Costas que lleve a cabo la regeneración de la playa. Petición sobre la que espera respuesta.

Las playas ambientales, apuntan fuentes de Playas, «conservan su identidad al ser preservadas de las amenazas de la contaminación y la urbanización». Además, «constituyen un singular y exclusivo paraje que conserva los valores naturales y paisajísticos».