«Los mismos que han promovido un expediente para que la Unesco reconozca las Fallas como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad han puesto en peligro la propia candidatura con el cambio de fecha de la ´cremà´». Así de tajante se expresó ayer el portavoz de la Associació d´Estudis Fallers, Gil Manuel Hernàndez, sobre la decisión del Consell de trasladar la fiesta de la «cremà» al tercer lunes de marzo.

A principios de enero se dio a conocer el informe de la candidatura para conseguir un reconocimiento internacional de las Fallas con el objetivo de «blindar» la fiesta y «protegerla». Tras más de un año de trabajo en la redacción del proyecto €con la participación de miembros de la Associació d´Estudis Fallers€ se elaboró un documento que refleja la fiesta, sus peculiaridades, sus tradiciones, su arraigo, sus símbolos, sus mecanismos de control y sus elementos identitarios.

De esta forma, en el apartado «ciclo ritual» consta una serie de eventos «inamovibles» que marcan el ejercicio fallero, desde la elección de la fallera mayor hasta la «crida», la exposición del ninot y por supuesto, la «cremà». Es más, en el expediente en cuestión se refleja que antaño, la «cremà» se celebraba la víspera de la festividad de San José en lugar de en la noche del 19 de marzo.

Gil Manuel Hernàndez explicó ayer a Levante-EMV que trasladar la «cremà» a lunes en respuesta a un «criterio económico» y sin «que hayan sido los mismos protagonistas de la fiesta quienes lo hayan decidido» pone en peligro una candidatura de la Unesco «donde las Fallas ya lo tenían difícil».

Y es que el reconocimiento internacional se concede a eventos «de gran arraigo y tradición, con elementos muy claros que se puedan entender en cualquier parte del mundo. Cambiar la fecha del día grande, de la noche a la mañana, sin que haya habido consenso y por motivos económicos echa por tierra toda la candidatura y todo el trabajo».

El Consejo de Patrimonio Turístico de España debe decidir ahora si selecciona o no la candidatura de las Fallas para presentarla ante la Unesco, cosa «cada vez más difícil. Al parecer, ahora la fiesta ya no es fija e inamovible por su arraigo y tradición sino que existe un cambio de fecha en el aire por la repercusión económica, algo inaceptable para la Unesco».

Desde l´Associació d´Estudis Fallers pidieron ayer al Consell y al ayuntamiento que «reflexionen» sobre el traslado de fecha de la «cremà» porque el sello internacional que marca la calidad de la fiesta está en peligro.