La Catedral de Valencia no es un museo, aunque funciona como tal a la hora de mostrar a los visitantes los tesoros culturales que guarda entre sus muros. Es más, el templo cuenta con todo un dispositivo preparado para la venta de entradas a los visitantes y el reparto de audioguías.

Sin embargo, no siempre fue así. El 12 de julio de 2005, la Catedral de Valencia decidió cobrar entrada por visitar el templo cuando no hay oficios religiosos „por aquel entonces 3 euros, que hoy son 4,50 euros, aunque incluye precio reducido de 3 euros para grupos, pensionistas, discapacitados y niños de hasta 12 años„, un sistema europeo al que se han sumando poco a poco diversas iglesias y catedrales españolas. La última, una parroquia de Jaén (Santa María de los Reales Alcázares de Úbeda) que ha decidido sumarse al carro y cobrar entrada a los visitantes por ver el templo recién restaurado con fondos públicos, gracias a una inversión de más de 6 millones de euros. Y la polémica ha estallado como un polvorín.

Y es que, a instancias de una pregunta formulada por IU en el parlamento andaluz, la Junta de Andalucía le ha pedido a la Iglesia que permita el disfrute de los bienes eclesiáticos restaurados con dinero público. Es más, a principios de este mes anunció la creación de un «espacio de diálogo» con cada una de las archidiócesis de Andalucía para establecer líneas de trabajo que permitan disfrutar de los espacios propiedad de la Iglesia que, sin embargo, han costeado los vecinos. Si la Iglesia no reacciona ante lo planteado, la Junta de Andalucía amenaza con reformular los acuerdos económicos sobre la puesta en valor de los bienes patrimoniales eclesiásticos con el objetivo de restablecer un equilibrio entre la voluntad del gobierno autonómico de investigar, proteger, conservar y divulgar el patrimonio y el derecho a los ciudadanos de poder disfrutarlo. Eso sí, siempre que se haya financiado con fondos públicos.

Ayuda al patrimonio eclesiástico

La Junta de Andalucía ha invertido 48 millones de euros en la última década a la restauración del patrimonio eclesiástico, una cifra que dista mucho de los más de 159 millones destinados en la Comunitat Valenciana al mismo fin. Es más, durante los últimos 12 años, la Administración valenciana „Generalitat, la fundación pública «Llum de les Images» y las diputaciones de Valencia, Castelló y Alicante„ han destinado a bienes eclesiáticos más dinero que el previsto durante todo 2012, de forma conjunta, a la mejora y construcción de colegios e institutos (128 millones para Ciegsa) o al Instituto Valenciano de Atención a los Discapacitados y Acción Social (26 millones), entidad dedicada a gestionar buena parte de las ayudas a la integración.

Todo ello, sin contar con los fondos que destina el Ministerio de Cultura a los mismos fines. Como ejemplo destacan las obras de restauración de la Capilla San Pedro de la Catedral de Valencia que se están llevando a cabo en la actualidad y que cuentan con una financiación de 638.490 euros que sufraga el Gobierno central, tal como reza un cartel ubicado junto a los andamios.

Entre las obras más costosas que ha sufragado la Administración valenciana destaca la restauración arquitectónica de las catedrales de Valencia, Segorbe y Orihuela, entre otras.