El portavoz del Grupo Municipal Socialista en el Ayuntamiento de Valencia, Joan Calabuig, será el portador de la Senyera en la Procesión Cívica del 9 d'Octubre. De esta manera la alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, solventa un año más la polémica por la entrada de la bandera en la catedral, un episodio al que se opone Esquerra Unida y Compromís, que llegó a proponer la designación de dos portadores para que nadie quedara excluido en ese derecho por no ser creyente. Calabuig, que se declara miembro de la "comunidad católica", asegura que es un "honor" y que cumplirá con la tradición en todos sus extremos.

Fue la propia alcaldesa quien ayer por la mañana telefoneó al portavoz socialista para ofrecerle la posibilidad de ser portador de la Senyera, cumpliendo así con la costumbre de alternar a miembros de la oposición y del equipo de Gobierno. De esta manera, además, se aplaza la designación de algún miembro de Compromís o de EU, que se niegan a entrar en la catedral. Ya el año pasado se repitió portador del equipo de Gobierno por este motivo y con el argumento de que lo merecían por haber ganado las elecciones apenas unos meses antes.

Para Joan Calabuig "no fue una sorpresa", porque la propia Rita Barberá ya manejaba desde hace días designar a un miembro del Grupo Socialista. Así pues, aceptó "encantado" tanto ser portador como entrar en la catedral para el tradicional Te Deum.

Para el portavoz municipal del PSPV, "es un honor como valenciano" llevar la Senyera "en un día tan importante para todos". Es más, asegura que entrará "muy honrado en la catedral", ya que se siente miembro de la "comunidad católica" y no tiene inconveniente en cumplir con esta parte de la procesión.

Fórmulas alternativas

Ahora bien, también es partidario de buscar fórmulas para que a ningún miembro de la corporación se le prive del derecho de llevar la Senyera. "Valencia debe ser una ciudad plural", dijo Calabuig, quien no ve problema alguno en que quienes no quieran entrar en la seo la lleven hasta la puerta, otro concejal la meta dentro y a la salida se la devuelva. "De esta manera se respeta a todo el mundo y ya está. La Senyera es de todos y debe serlo de quien quiera entrar en la catedral y de quien no lo quiera", sentenció.