El Cabanyal se sigue degradando día a día a la espera de una solución judicial o gubernamental a la prolongación de la avenida Blasco Ibáñez, pero al menos la herida que se había abierto entre sus vecinos empieza a cicatrizar. El punto de partida fue el manifiesto que firmaron hace dos meses cuatro entidades del barrio para reclamar el final del tráfico de drogas, el abandono y ocupación ilegal de viviendas, la limpieza de calles y solares, la rehabilitación de casas o la dinamización del comercio. Entre esas entidades están, y ahí reside su fuerza, tanto la plataforma «Salvem el Cabanyal» como «Si volem», enemigos irreconciliables que se han puesto de acuerdo en sacar adelante el barrio más allá de la trifulca de la prolongación. En este tiempo, además, el manifiesto ha sido firmado por una docena de entidades que quieren un Cabanyal vivo, de manera que para el día 3 de octubre se ha convocado una asamblea de todos los firmantes del pacto para evaluar su repercusión y proponer nuevas acciones al ayuntamiento, que es el que tiene la última palabra.

Amparo Moliner, portavoz de la asociación «Si Volem», cree que el manifiesto ya está dando sus frutos, que el ayuntamiento ha recogido el guante. Según dice, «hay más limpieza, más presencia policial, se están desalojando casas ocupadas» y se ve otra «implicación».

Personalmente, cree que lo peor es la degradación del barrio, que «debería evitarse en todo lo que no sea la prolongación», precisa, y también en ésta cuando los edificios representen un peligro. Y le preocupan también las personas, sobre todo los niños que a diario ve por las calles «sin ir al colegio y sin disfrutar de las condiciones mínimas» de salubridad.

Para acabar con estas situaciones reclama mayor implicación de las administraciones y también de los políticos de uno y otro signo, porque «a ellos no les importa que se dilaten las cosas y los que vivimos aquí somos nosotros». En esa acción no incluye, sin embargo, dar licencias en el ámbito del Pepri, pues «la orden ministerial está muy bien hecha».

Amparo Moliner considera, en cualquier caso, que el gran logro está en la convivencia, algo que ella está tratando de mantener incluso frente a las reticencias de algunas de sus asociadas (son todo mujeres). «Ahora me puedo sentar a tomar un café con personas con las que antes no me sentaba y eso es bueno para mi y para todos», sentencia.

Urbanismo y comercio

En esa mesa sentaría incluso a algunos miembros de Salvem el Cabanyal, cuyo portavoz y firmante, Faustino Villora, también ve avances en la pacificación del barrio.«Cuando las cosas se van conociendo hay una aproximación y parece que los miedos desaparecen», dijo.

En su caso admite que hay mayor implicación municipal, al menos en limpieza, pero cree necesario acabar con la marginalidad de las familias, que impiden, al final, que el barrio esté limpio. También cree vital actuar con el urbanismo, dando licencias para la recuperación en todo lo que no esté afectado por la prolongación y dignificando la zona afectada. «No es posible „declara Villora„ que los afectados vivan peor que el resto, sin limpieza y sin servicios mínimos como el agua potable».

Por su parte, el presidente de la asociación de comerciantes Acipmar, Emiliano García, atribuye los avances al trabajo de los vecinos con políticos, concejales, policías etc., que son los que «le están dando cuerda al reloj». Pero no ve avances en el comercio, para lo que sería vital que el Ayuntamiento diera licencias a nuevos establecimientos. «No hay nuevos comercios y no se fomenta la competencia entre todos», dice.

A día de hoy el manifiesto ya cuenta con una docena de entidades adscritas, lo que a juicio de Vicente Gallart, firmante por la Asociación de Vecinos del Cabanyal, es la prueba de que hay un movimiento. Cree, además, que «está siendo muy fácil», porque «con la crisis que hay, la falta de expectativas y las dificultades económicas del ayuntamiento» la gente tiene que salir adelante.

El éxito, realmente, es que «en todas las entidades había división por la prolongación de Blasco Ibáñez y ahora se ha introducido un debate sobre sus reivindicaciones para el barrio, que son cosas que preocupan a todos» Esas preocupaciones, por tanto, se volverán a poner en común el próximo miércoles y de las conclusiones se dará cuenta al Ayuntamiento para incorporarlo a este gran pacto por el Cabanyal.