Los vecinos del Cabanyal se pronunciaron ayer de manera unánime a favor de la rehabilitación del barrio, el fin de la degradación y el aumento de la seguridad, cuestiones que han de abordarse, coincidieron, al margen de la resolución sobre la prolongación de Blasco Ibáñez. Así pues, las cuatro organizaciones impulsoras de este acuerdo, entre las que están "Si volem" y "Salvem el Cabanyal", pedirán formalmente una reunión con representantes del Ayuntamiento de Valencia para tratar de desbloquear la situación, una reunión a la que, según comunicó la portavoz de "Si Volem", Amparo Moliner, estaría dispuesto el consistorio.

La decisión de ayer, histórica para el barrio, se adoptó en una asamblea celebrada en el Ateneo Marítimo a la que asistieron unas doscientas personas, la inmensa mayoría residentes históricos del Cabanyal. Se presentaba el manifiesto firmado a finales de julio por las dos organizaciones antes citadas más la Asociación de Vecinos del Cabanyal-Canyamelar y la asociación de comerciantes Acipmar. Se llegaba, además, con la adhesión firmada de otras doce entidades del barrio que apoyan la propuesta.

Licencias y prolongación

El resultado, por tanto, era de esperar. Todos los puntos recibieron el visto bueno de los asistentes, entre ellos el que más aristas presentaba, que es la concesión de licencias en todo lo que no sea prolongación, bloqueadas actualmente por el Ayuntamiento en cumplimiento, asegura, de la Orden Ministerial que paraliza el Pepri y en contra de la interpretación de la Abogacía del Estado.

Al respecto, Vicente Gallart, vicepresidente de la Asociación de vecinos del Cabanyal, aseguró que el consistorio está dando licencias de obras mayores y bloqueando las de reforma y nueva planta, así como las de actividad, algo incomprensible si hay una prohibición para todas. Maribel Doménech, de Salvem el Cabanyal, aseguró, así mismo, que si se dieran licencias, "en dos o tres años el barrio cambiaría", porque hay demanda sobrada. Hasta 60 peticiones de reforma puede haber pendientes, según Emiliano García, portavoz de Acipmar, que no hizo sino ratificar el interés por el Cabanyal del que habló la propietaria de una inmobiliaria.

Más debate suscitaron las medidas para acabar con la degradación y los focos de marginalidad. La opinión general es que hay que acabar con las ocupaciones ilegales y exigir al Ayuntamiento, como propietario de muchas de las viviendas precarias, que cumpla la ley. Ante algunos comentarios xenófobos se impusieron los aplausos y la necesidad de hacer un barrio "multicolor".

En los otros puntos, que hablaban de la lucha contra la delincuencia y la dinamización del comercio, hubo unanimidad y escasos comentarios. Por tanto, la asamblea se cerró con parabienes por el camino que se había iniciado y el apoyo expreso de representantes políticos del PSPV y de Esquerra Unida.

Ahora, esos acuerdos se trasladarán al Ayuntamiento para abrir una mesa de diálogo. Y todo indica que el consistorio podría aceptar. Así al menos lo comunicó públicamente Amparo Moliner, quien dijo que miembros de "Si volem" habían hecho algunas gestiones y, "con todas las cautelas", el equipo de Gobierno podría estar dispuesto. Fue la última alegría de la noche.