Larkhill es uno de los centros de internamiento que se establecen en Inglaterra tras la llegada de un régimen fascista en la novela gráfica de Alan Moore y David Lloyd y posterior película homónima "V de Vendetta", en el que el protagonista se esconde tras una máscara y un seudónimo para luchar contra las injusticias. También es el apellido de Viktor, un hombre valenciano de 43 años que no usa máscara pero sí seudónimo y que fundó hace cinco años la ONG Let's Adopt!, que ha recaudado casi 25.000 euros para pagar el tratamiento de Tidus, el perro quemado hace dos semanas en Benimàmet. Además, su ONG ofrece ahora 2.000 euros a quien con sus pistas permita la detención de los autores materiales. "Y si no aparecen, lo doblaremos", dice Larkhill.

"Estaba en un restaurante de Ámsterdam cuando mi hermano me pasó la noticia de Levante-EMV en la que aparecía Tidus. Me puse manos a la obra porque dije: 'de esta no sale este perro', pero me lo planteé como un reto", relata Larkhill. Ahora, este activista, que vive en Valencia desde hace siete meses tras pasar buena parte de su vida en Turquía, sobre todo, donde fundó la ONG, no puede estar más contento de haberse equivocado. "Con reservas, porque aún no se puede decir que esté fuera de peligro, pero la cosa va bien", explica.

"Todos nuestros rescates provienen del dinero que aportan gente particular", comenta Larkhill, que destaca que por ahora no ha habido aportaciones de gente de España. El fundador de Let's Adopt!, una ONG que tiene sedes en nueve países de todo el mundo, explica que ya desde el primer momento supo "que iba a ser muy difícil económicamente para las protectoras". "Pero no hemos escatimado medios para sacar adelante este perro por varias opciones", señala Larkhill. Entre estas opciones, destaca "el bienestar del propio perro" -"nadie merece que le pase esto", dice-, la posibilidad de que el tema "llegue a concienciar a la gente" y por "predicar con el ejemplo": "Si se puede salvar este perro, todos se pueden salvar". Larkhill asegura que Tidus es el animal en peor estado con el que se han encontrado.

Ahora, queda encontrar a los culpables. Ofrecen 2.000 euros, que pueden ser 4.000 si no aparecen pronto. "Esperamos que la sociedad se movilice y se delate a quien sea", dice Larkhill, que señala que la semana que viene colgarán carteles informativos por Benimàmet.